Las remesas son uno de los pilares más sólidos de la economía mexicana. En 2024, los ingresos hacia México alcanzaron un nuevo récord histórico: 64,745 millones de dólares, lo que representa un crecimiento de 165% en solo una década. Aunque en el último semestre se observó una ligera caída de 5% respecto del año anterior, es indudable que estos recursos constituyen el sustento diario de millones de hogares. Las remesas permiten financiar educación, salud, vivienda y representan, para muchas familias, el capital semilla que impulsa pequeños negocios locales.
Casi la mitad de estos recursos provienen de California y Texas, y se distribuyen principalmente en catorce entidades federativas, donde sobresalen Michoacán, Guanajuato y Jalisco; tan sólo estas tres recibieron uno de cada cuatro pesos enviados desde el extranjero en 2024. A septiembre de 2025, México ha recibido 45,681 millones de dólares a través de 116 millones de operaciones, lo que implica un ticket promedio por envío de más de 400 dólares. De acuerdo con la ENIGH 2022, estos ingresos se concentran en hogares rurales y semi-rurales (67.3%), con mayor proporción de jefatura femenina, y presencia más alta de menores y adultos mayores, grupos que suelen presentar mayores niveles de vulnerabilidad.
Paradójicamente, quienes más dependen de las remesas se encuentran en regiones con baja inclusión financiera, donde los servicios bancarios son escasos y el uso de efectivo es predominante. Esto convierte a las instituciones financieras en actores estratégicos, no solo para facilitar la dispersión eficiente de recursos, sino también para protegerlos frente a riesgos como el fraude, el robo o el lavado de dinero.
Ahí es donde la prevención de operaciones ilícitas adquiere un papel fundamental. El volumen creciente de remesas, su dispersión en localidades de difícil supervisión y el uso de efectivo pueden generar vulnerabilidades que requieren controles robustos.
En este ecosistema destacan empresas como Grupo Coppel y Grupo Elektra, estrechamente vinculadas a la historia de las remesas y al propósito de UNIFIMEX. Su presencia en comunidades con alta dependencia remesera ha sido decisiva para acercar servicios financieros donde no los había y permitir que los envíos lleguen no solo rápido, sino seguros.
También es importante destacar, que en los grupos de trabajo de UNIFIMEX estamos trabajando para fortalecer la regulación y alinearla a los modelos de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo (PLD-FT) para que aplique de manera transversal a todos participantes en el sistema financiero que intervienen en el pago de remesas. Además, estamos desarrollando mejores prácticas gremiales para garantizar canales seguros, de esta manera no solo se protege el sistema financiero, sino que también se salvaguarda el ingreso de millones de hogares que dependen legítimamente de estos recursos.
Como presidenta ejecutiva de UNIFIMEX, celebro el trabajo de nuestras instituciones financieras. La llegada de remesas a México es más que expresiones de solidaridad sino que los convierten en palancas de desarrollo económico, inclusión y seguridad financiera. Nuestra tarea colectiva es seguir impulsando más educación financiera, mayor formalización y herramientas tecnológicas que multipliquen el impacto social de cada dólar que llega. Así honramos a quienes desde fuera del país sostienen a sus familias y, al mismo tiempo, construimos un México más próspero, seguro e igualitario.
@PEREZSORAYA
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco