No es normal que en México sea tan difícil salir de pobre e imposible dejar de ser rico: Viri Ríos
Al alcanzar un peldaño, el montañés se premia con una mirada al horizonte, aplaude y grita eufórico. Es tiempo también de realizar ejercicios de respiración, pasar lista a sus herramientas: arneses, cuerdas, puntas de anclaje, mochila, botas, picos y mosqueteros. La travesía inicia con entrenamiento físico, revisar la ruta para la escalada, conocer las condiciones climáticas y los posibles riesgos de desastres naturales. Además de recordar siempre la frase de los guías de alpinistas: “mirar hacia abajo te provoca vértigo que te inmoviliza”.
En un país donde la mayoría de las personas pertenecen al sector económico más desprotegido, una escalada del proceso de movilidad social representa el ascenso a la clase media, es decir, contar con los ingresos suficientes para satisfacer las necesidades de educación, salud, servicios sanitarios, drenaje, teléfono, seguridad social, electricidad, combustible, bienes básicos durables. Y recordar siempre la frase de los economistas: “mirar hacia abajo te provoca vértigo que te inmoviliza en la pobreza”.
Una visita a un hogar mexicano se hace oficial cuando se hojea el álbum familiar donde los padres orgullosos presumen los logros de sus hijos y nietos; un diploma de estudios universitarios, un ascenso en el trabajo, la adquisición de una casa, los viajes a la Riviera Maya, la inauguración de un negocio, el auto nuevo, nunca pueden faltar las imágenes en la iglesia por las mejoras de la vida. El guía espiritual nos recordará el Salmo 28:7 “ El Señor es mi fortaleza y mi escudo; en él confía mi corazón, y fui ayudado; por eso mi corazón se alegra, y le doy gracias con mi cántico.”, también el castigo está latente “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"
En su libro “No es normal. El juego oculto que alimenta la desigualdad mexicana y cómo cambiarlo”, Viri Ríos cuestiona los indicadores que especialistas y organizaciones como la OCDE establecen para definir la clase media, los cuales se apartan de la realidad que vive México.
La primera se enfoca en la forma de vida. Una medida, común entre sociólogos y antropólogos, considera que la clase media debe definirse con base en el tipo de ocupación de las personas y algunos otros factores, como su nivel educativo. Así, por ejemplo, hay una larga tradición dentro de la sociología que dice que la clase media no se mide con el dinero, sino con la ocupación, la cultura y los valores.
Ante estos parámetros Viri Ríos precisa que el principal problema es que no se considera el ingreso de las personas y que ser profesionista en México ya no significa dejar de ser pobre. Existen, añade, 2.3 millones de profesionistas que viven en condiciones de pobreza, es decir, el 11% de ellos.
Una segunda forma de definir quién es clase media es la posición relativa de las personas con respecto a la sociedad en su conjunto. Medición también cuestionable en virtud de tomar como parámetro la capital del país. Por ejemplo, en la Ciudad de México el ingreso del hogar mediano es de 19 mil 604 pesos al mes, esto significa que para la OCDE, todos los hogares con ingresos mensuales de entre 15 mil y 39 mil pesos serían clase media.
Una tercera forma de definir la clase media es considerar no solo el ingreso, sino el acceso a ciertos servicios. Es decir, independientemente de qué profesión tengan las personas o de si están a la mitad del ingreso del país, estas medidas simplemente identifican si las personas pueden satisfacer sus necesidades básicas y no tan básicas. Por ejemplo, podría decirse que las personas de clase media son aquellas que tienen ingresos por arriba de la línea de pobreza y acceso a bienes y servicios básicos.
Bajo la lupa de Viri Ríos, definir la clase media en México va más allá de los salarios, profesiones y los servios que puede cubrir el proveedor de la familia. Y precisa por lo menos dos aspectos importantes. ¿Debería considerarse clase media si en el hogar no se puede disponer de agua caliente para bañarse o se tiene doble jornada laboral para llegar al estándar medio de ingresos?
En su última edición del libro No es normal, Viri Ríos pone el dedo en la llaga de la desigualdad en el país, y nos demuestra que quienes se consideran clase media, seguramente no lo son.
Nos toca de nueva cuenta agarrar impulso y escalar cuidando, en esta ocasión, que nadie se quede atrás y curados de espanto del vértigo que contagia a los alpinistas inexpertos.
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