¿Te has preguntado alguna vez por qué los multimillonarios, como Mark Zuckerberg, optan por la simplicidad en lugar del lujo asociado con las marcas de prestigio? Es posible que un grupo mayoritario opine que se trata de simple tacañería o incluso falta de clase; sin embargo, las verdaderas razones distan mucho de estas suposiciones. De hecho, la elección de realizar compras habituales en lugares comunes revela un razonamiento sumamente inteligente.
Muchos productos de uso doméstico y personal, como prendas interiores, simples playeras o jeans, no difieren en absoluto de los productos con la firma de un diseñador. Incluso las casas de moda más prestigiosas, como Chanel, que han expandido su línea de productos para incluir desde platos para mascotas, fabrican sus productos en países como Indonesia, India y China, donde la mano de obra es más económica. Por ende, la única diferencia entre un producto y otro es la marca singular, que infla significativamente su precio.
Para los multimillonarios, los gastos deben realizarse de manera inteligente; sin embargo, hay algo más importante dentro de la imagen pública que debemos tener en cuenta. La marca no distingue a una persona ni la convierte en alguien con clase. Esa distinción ya la lleva consigo, por lo que aquel que posee estilo y elegancia de manera natural, incluso portando una prenda del mercado común, se verá distinguido. Como dice el dicho: "el hábito no hace al monje".
Las tarjetas de crédito y la facilidad con la que se obtienen han permitido que ciertos segmentos de la población gasten más en marcas de lujo, como Gucci; sin embargo, a pesar de portar miles de pesos encima, todo lo demás lo adeudan. Historias como estas son bien conocidas y ponen de manifiesto un alto nivel de inseguridad en la autoestima propia.
Hoy en día, existen productos confeccionados artesanalmente con materias primas de la más alta calidad, sin llevar la firma de una marca de prestigio. Estos productos gozan de atributos que superan a los de los artículos más caros, simplemente por la calidad de su fabricación.
El mercado de prendas de vestir es amplio, y dentro de este, los zapatos de piel hechos artesanalmente y las chaquetas de cuero son muy codiciados. Productos que en tiendas de cierto prestigio tienen un rango de precio que oscila entre los 6 mil y los 30 mil pesos, hoy en día se pueden encontrar con la misma calidad en otras tiendas de distintos países por mucho menos.
Esto no implica que un bolso de Chanel o una prenda de Fendi o Dolce & Gabbana no despierten interés de vez en cuando. Hay ocasiones especiales que bien valen la pena considerar, pero el punto esencial radica en comprar de manera inteligente y erradicar la creencia de que las marcas de lujo otorgan estatus.
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