miércoles 19 noviembre 2025 2:07 PM
Redactor : Tannia Alcaraz
En los últimos años, el interés por el cuidado facial diario ha crecido en México, impulsado por la búsqueda de pieles más sanas y equilibradas. No se trata solo de estética: mantener una rutina estructurada ayuda a reforzar la barrera cutánea, prevenir el envejecimiento prematuro y mejorar la textura.
Aunque existen rutinas complejas con múltiples pasos, los dermatólogos coinciden en que tres fases bien ejecutadas son suficientes: limpieza, hidratación y protección solar. Lo importante es utilizar productos adecuados para cada tipo de piel y aplicarlos en el orden correcto para maximizar sus beneficios.
Además, incorporar ingredientes activos como los extractos naturales permite potenciar los resultados y adaptar la rutina a distintas necesidades: piel seca, grasa, sensible o con tendencia al acné.
La limpieza facial elimina impurezas y residuos acumulados, permitiendo que la piel respire mejor. Este primer paso prepara el rostro para absorber eficazmente los productos que se aplican después.
La limpieza elimina impurezas, residuos de maquillaje y exceso de sebo acumulado durante el día. Un limpiador suave, sin sulfatos ni alcohol, evita la deshidratación y mantiene el pH equilibrado. Usar agua tibia y movimientos circulares favorece la circulación y mejora la oxigenación de la piel.
Cada tipo de piel necesita una textura adaptada a sus características. Los geles limpiadores son perfectos para pieles grasas o con tendencia acneica, ya que eliminan el exceso de sebo sin resecar. En cambio, las espumas y cremas limpian suavemente las pieles secas o maduras.
Marcas reconocidas como La Roche-Posay, Bioderma y Neutrogena ofrecen opciones dermatológicas específicas con agentes calmantes como pantenol, alantoína o agua termal. Estas fórmulas ayudan a restaurar la barrera cutánea, reducen la sensación de tirantez y dejan la piel más equilibrada tras la limpieza diaria.
Un error frecuente es frotar con fuerza o lavar en exceso, lo que debilita la barrera natural. También se debe evitar el uso de toallas ásperas y reemplazarlas por toallas de microfibra o gasas suaves. Con un secado delicado, la piel queda lista para recibir el siguiente paso.
La hidratación ayuda a mantener la elasticidad y resistencia de la piel. Usar productos con ingredientes activos fortalece la barrera cutánea y previene la pérdida de humedad diaria.
El segundo paso se enfoca en mantener la humedad y fortalecer la barrera lipídica. Un buen hidratante aporta flexibilidad, previene la descamación y prepara la piel para recibir tratamientos posteriores. Los serums con ácido hialurónico o ceramidas son excelentes aliados en cualquier tipo de clima.
El Eucerin serum, por ejemplo, contiene moléculas de hialurónico y antioxidantes que ayudan a retener el agua en las capas profundas. En pieles sensibles, se recomienda aplicar primero un humectante neutro y luego el activo concentrado para reducir la posibilidad de irritación.
Las marcas de cosmética limpia como Good Good, Simple y Sukin destacan por utilizar ingredientes naturales cuidadosamente seleccionados. Incorporan extractos de plantas, péptidos y fermentos que nutren la piel sin obstruir los poros ni alterar su equilibrio natural, ofreciendo resultados visibles y suaves.
Estas fórmulas priorizan texturas ligeras, libres de fragancias sintéticas y de rápida absorción, ideales para climas cálidos como el de México. Además, reducen el riesgo de irritación y son compatibles con rutinas minimalistas enfocadas en mantener la piel saludable y equilibrada a largo plazo.
La protección solar diaria previene manchas, arrugas y daños causados por la radiación UV. Aplicar un protector con FPS 50 es esencial para mantener una piel sana y protegida.
El protector solar es un paso indispensable en cualquier rutina diaria, incluso en días nublados o en interiores. La radiación ultravioleta atraviesa las nubes y las ventanas, por lo que su aplicación constante previene daños acumulativos y mantiene la piel más joven y uniforme.
Además de evitar quemaduras, el uso regular de un protector con FPS 50 ayuda a reducir manchas, pérdida de firmeza y signos tempranos de envejecimiento. Es fundamental reaplicarlo cada tres horas si hay exposición solar directa o actividades al aire libre, garantizando una protección continua y efectiva.
Las pieles grasas pueden elegir protectores solares en textura gel o matificante, que controlan el brillo sin resecar. En cambio, las pieles secas se benefician de cremas nutritivas con ingredientes humectantes como glicerina o manteca de karité, que mantienen la hidratación durante todo el día.
Para las pieles sensibles, los protectores minerales con óxido de zinc o dióxido de titanio ofrecen una defensa suave y efectiva frente a los rayos UV. Marcas como Avene, Eucerin y Isdin disponen de líneas especializadas que se adaptan a diferentes necesidades, garantizando protección y confort en climas cálidos.
Además del protector, usar serums antioxidantes con vitamina C o niacinamida refuerza la defensa contra los radicales libres. Aplicarlos antes del protector solar mejora su eficacia y mantiene el tono más uniforme durante todo el día.
Una rutina de tres pasos puede adaptarse fácilmente con algunos hábitos complementarios. Entre las acciones más efectivas destacan:
Estas prácticas mantienen la piel oxigenada y ayudan a que los productos se absorban mejor. Lo importante es evitar la sobrecarga: demasiados pasos pueden irritar y alterar el equilibrio natural del rostro.
El entorno influye directamente en las necesidades cutáneas. En climas secos, conviene reforzar la hidratación con humectantes densos; en zonas húmedas, elegir productos oil-free y texturas ligeras. Asimismo, los cambios hormonales, el estrés y la alimentación impactan en la salud de la piel.
Por eso, observar las reacciones y ajustar la rutina según la temporada es clave. En México, donde la radiación solar es constante y las temperaturas varían entre regiones, adaptar la rutina asegura resultados más duraderos y visibles.
Cuidar la piel no requiere una colección de productos, sino constancia y conocimiento. Una rutina básica de limpieza, hidratación y protección puede transformar visiblemente la textura y luminosidad del rostro. Incorporar opciones como las fórmulas naturales de Good Good ofrece un equilibrio entre eficacia y suavidad.
En definitiva, el secreto está en escuchar la piel, ajustar los productos a sus necesidades y mantener una aplicación disciplinada. La constancia diaria, más que la cantidad de cosméticos, es lo que garantiza una piel saludable y equilibrada a largo plazo.
Foto de Andrea Piacquadio Pexels
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco