Ni la Reina Malvada llegó a tanto...
La semana pasada, las redes sociales explotaron con el suceso de Fátima Bosch en Tailandia. Esta semana, Nawat pone a prueba el refrán de que “quien pega primero pega dos veces”, evidenciando que sus disculpas públicas eran un mero formalismo para evitar un mal mayor que sí llegó y de qué manera. Pero ahora, su venganza se lleva de corbata no solo su orgullo herido, sino la imagen pública de un concurso que ni el mejor jabón blanqueador podrá desmanchar, pues la mancha y la huella en internet serán imborrables.
Pero además, embarra y perjudica a un grupo de mexicanos empleados en este certamen, a quienes tras su denuncia ante las autoridades tailandesas, al descubrir que uno de los anunciantes de Miss Universo es una empresa de juegos online de Filipinas, y en Tailandia están prohibidos los juegos de azar.
La venganza es dulce
¿Es este acto de Nawat una muestra de ciudadanía y transparencia de cómo deben hacerse las cosas en Miss Universo? Desde luego… que no.
Es la respuesta más primitiva y cobarde, donde se venga porque quiere, porque puede y, especialmente, porque su ego lo necesita.
Así que, mientras Nawat disfruta su plato frío de venganza —sabiendo que el staff mexicano es detenido mientras desayunaba—, hay algo más importante que revelar. Así que descorramos el telón y analicemos esas señales no verbales, esos gestos faciales y expresiones que, junto con su comportamiento y declaraciones, nos revelan la verdad de este personaje que hoy por hoy es el sujeto más repudiado de México.
¿Existe un narcisista oculto?
¿Dónde comenzó el problema o, como dirían en el terruño de Fátima, el arguende?
No inició con el señalamiento de Nawat atacando a Fátima ni tampoco con la contestación de ésta.
La ira de Nawat Itsaragrisil fue desencadenada por un desprecio, previo a lo que consideró un desaire; no porque Fátima Bosch le haya hecho algo, su reacción fue precisamente por lo que él cree que no recibió de ella: admiración, respeto, elogios.
El análisis de las palabras de Nawat en el video que ha circulado en redes debe interpretarse como una observación de su estilo de comunicación y de las dinámicas de poder que establece, y no constituye un diagnóstico clínico de un trastorno de la personalidad.
Los rasgos observados en su discurso:
1. Sentido de Grandiosidad y Enfoque en el Poder Personal
2. Necesidad Excesiva de Admiración y Respeto (Entitlement)
3. Devaluación y Falta de Empatía
En resumen, el patrón de comunicación de Nawat está marcado por una postura dominante y autoritaria, una fuerte necesidad de ser respetado y obedecido debido a su estatus, y un estilo confrontacional que recurre a la devaluación y la humillación pública para exigir conformidad a sus reglas. Estos elementos son consistentes con rasgos asociados al narcisismo, como la grandiosidad, la explotación interpersonal y la falta de empatía.
Al no recibir alimento para su ego, Nawat decide atacar a Fátima Bosch, acusándola de negligencia en sus responsabilidades, de mentir, para luego calificarla como tonta.
Sin embargo, jamás imaginó que una mexicana le respondiera con clase, educación, demostrando que las mujeres de esta generación no han sido criadas para someterse y acallarlas.
La reacción de nuestra compatriota lo dejó noqueado, y de qué forma.
Lágrimas de cocodrilo con colmillos retorcidos
Las reacciones de las concursantes fueron empáticas con Fátima, y la reacción de la gente en redes obligó a Nawat a presentar falsas disculpas que evidencian más una falta de arrepentimiento para apaciguar las cosas. Hasta ese momento, él no había sido reprendido ni suspendido, pero la bomba estaba por explotar y su disculpa solo aceleró el proceso.
Decir que pide disculpas a quienes se sintieron ofendidos es negarse a asumir la responsabilidad de que sus acciones fueron ofensivas, trasladando esta responsabilidad a todos aquellos que no lo apoyaban.
El resultado más tarde fue el pronunciamiento oficial donde se le suspende y se analizaba si sería removido. Ahí es cuando se muestra ante los medios llorando, pero la emoción que revela su rostro no es un llanto de tristeza, sino de ira.
Llora por el castigo impuesto y le da rabia que una mujer haya logrado eso. En sus palabras no existe remordimiento ni arrepentimiento, mucho menos en su rostro, donde además, su cuerpo entero, a través de su postura, manifiesta aún orgullo.
Lo imperdonable
¿Podría preverse una venganza?
No de la magnitud que estamos presenciando, donde el daño colateral lo sufre el equipo mexicano. Sin embargo, el odio y la ira no solo son contra la mujer que lo puso en su lugar, sino contra todo lo que se relaciona con ella.
El orgullo herido y una reputación por los suelos están cobrando la revancha de una manera poco ética y ruin. El exdirector de Miss Universo 2025 no perdona ni perdonará que el presidente del concurso haya solicitado a su CEO una demanda legal en su contra, y ha demostrado que hará hasta lo imposible por destruir a quien se le cruce en frente.
Lo imperdonable no es solo la venganza mezquina de Nawat contra quienes osaron confrontarlo. Lo verdaderamente peligroso es que un hombre con este perfil de comunicación —dominante, sin empatía, incapaz de asumir responsabilidad— haya tenido tanto poder sobre la imagen pública de cientos de mujeres durante años.
Fátima Bosch no solo respondió con clase; destapó la cloaca. Y ahora que el mundo ha visto el verdadero rostro —y las verdaderas lágrimas de ira— de quien se creía intocable, queda una pregunta: ¿cuántas mujeres antes que ella guardaron silencio por miedo a esta misma venganza?
La edición 2025 de Miss Universo pasará a la historia, sí. Pero no por su corona, sino por el día en que una mexicana le enseñó al mundo que ningún tirano merece una reverencia.
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco
