lunes 22 diciembre 2025 10:13 AM
Redactor : Tannia Alcaraz
Una dieta rica en grasas altera las células del hígado, las devuelve a un estado inmaduro y las hace más propensas a volverse cancerosas, según acaba de constatar un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés) que recoge este lunes la revista Cell.
Los investigadores han descubierto que, en respuesta a una dieta rica en grasas, los hepatocitos maduros del hígado vuelven a un estado inmaduro, similar al de las células madre. Eso les ayuda a sobrevivir a las condiciones de estrés hepático que genera una elevada ingesta de grasa, pero, a largo plazo, les hace más propensos a volverse cancerígenos.
“Si las células del hígado se ven obligadas a lidiar continuamente con un factor estresante, como una dieta rica en grasas, harán cosas que les ayudarán a sobrevivir, pero a costa de aumentar su susceptibilidad a desarrollar tumores”, afirma uno de los autores, Alex Shalek, director del Instituto de Ingeniería y Ciencias Médicas de MIT.
Los investigadores también identificaron varios factores de transcripción genética que parecen controlar esta reversión celular, lo que podría ayudar a desarrollar terapias destinadas a prevenir el desarrollo de tumores en pacientes de alto riesgo.
Qué ocurre en un hígado 'estresado'
Hasta ahora se sabía que una dieta rica en grasas puede provocar inflamación y acumulación de grasa en el hígado, una afección conocida como enfermedad hepática esteatósica o hígado graso.
Esa enfermedad, que también puede estar causada por una amplia variedad de estreses metabólicos (como el consumo elevado de alcohol) puede provocar cirrosis hepática, insuficiencia hepática y, finalmente, cáncer.
Con este trabajo, los investigadores de MIT querían averiguar qué ocurre exactamente en las células del hígado cuando se exponen a una dieta rica en grasas, en particular, qué genes se activan o se desactivan cuando el hígado responde a este factor estresante.
En un experimento con ratones, alimentaron a los roedores con una dieta rica en grasas y realizaron una secuenciación de ARN unicelular de sus células hepáticas en momentos clave a medida que avanzaba la enfermedad hepática.
Esto les permitió detectar los cambios que se producían en la expresión génica a medida que los ratones avanzaban hacia la inflamación hepática y en último termino al desarrollo de un tumor.
Los investigadores descubrieron que, en una primera fase, una dieta rica en grasas provocaba que los hepatocitos (las células más abundantes en el hígado) activaran genes que les ayudaban a sobrevivir en un entorno estresante; pero al mismo tiempo, esas células comenzaron a desactivar algunos genes fundamentales para el funcionamiento normal de los hepatocitos, como las enzimas metabólicas y las proteínas secretadas.
Algunos de estos cambios se produjeron de inmediato, mientras que otros, como la disminución de la producción de enzimas metabólicas, tuvieron lugar de forma más gradual. La mayoría de los ratones que seguían una dieta rica en grasas acabaron desarrollando cáncer de hígado al final del estudio.
La razón, según los investigadores, es que cuando las células se encuentran en un estado más inmaduro, son más propensas a volverse cancerosas si se produce una mutación más adelante.
Los investigadores también identificaron los genes que revierten los hepatocitos a un estado inmaduro, clave para encontrar dianas terapéuticas.
Fuente: EFE/Foto: Pixabay
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco