Por tercer año consecutivo, los estados y los municipios se perfilan como los grandes perdedores en el Proyecto de Presupuesto de Egresos para el 2021; no sólo porque les llegarán menos recursos a través del gasto federalizado, sino porque además perderán varios subsidios y apoyos que han sido elementales para el mantenimiento de la seguridad y el crecimiento económico. En medio de la peor crisis que ha azotado a nuestro país, mi compromiso como legisladora es seguir luchando por los estados más afectados, como el mío, Tabasco, que durante meses se posicionó como el epicentro de la pandemia del coronavirus.
Para poder realizar un análisis comprensivo, me permito exponerles cómo se distribuyen los recursos a los estados. Según lo establecido en la Ley de Coordinación Fiscal, 80% de lo recaudado mediante los principales impuestos es conservado por la federación, mientras que sólo el 20% es transferido a las entidades federativas a través del gasto federalizado; mismo que se compone de: 1) aportaciones (Ramo 33), que son recursos etiquetados, es decir, la Federación determina en que se deben de gastar; 2) participaciones (Ramo 28), que son utilizadas libremente por cada entidad federativa; 3) los convenios de descentralización o los subsidios, y 4) las provisiones salariales y económicas (Ramo 23), también conocido como el “ramo de los moches”.
En términos absolutos, el Presupuesto 2021 supone una reducción acumulada de estos rubros de 108 mil 521 millones de pesos (mdp) en comparación con lo aprobado para 2020; lo que equivale a un recorte de 6%. Por si esto fuera poco, también supone la desaparición de subsidios elementales como el FORTASEG, el cuál actualmente apoya a más de 300 municipios en materia del fortalecimiento de la seguridad pública, y nulos apoyos para las MiPyMes que hoy, con los efectos de la pandemia encima, son las que más necesitan de nuestro apoyo.
Tabasco, la tierra del paisano Presidente, es el segundo estado más afectado después de Campeche. Según cifras del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, el Edén de México perderá más de 2 mil mdp, los cuales son necesarios, no sólo para atender la emergencia sanitaria, sino también para recuperar los miles empleos que hemos perdido los tabasqueños. Contrariamente, por el lado de proyectos de inversión, la Refinería de Dos Bocas se le aumentó 9% su presupuesto (45 mil mdp, a través de una extraña aportación financiera de la SENER a PEMEX), y hay proyectos de exploración de hidrocarburos y producción petrolera por casi ¡120 mil mdp!
Insisto, la única prioridad federal debería ser proteger la salud y la reactivación económica. Pero no prevén recursos para la compra de vacunas contra el COVID-19 ni para su distribución. Tampoco presupuestan recursos suficientes para programas con efecto multiplicador en la economía, como el de construcción y modernización de carreteras (que sufre un recorte del 50%), el de infraestructura básica para el agua potable y el alcantarillado (que sufre un recorte del 22%), y los relacionados con el sector turístico (que sufren un recorte del 55%).
La crisis de salud que enfrentamos desde hace más de seis meses, debería ser la principal razón de regresarle a los estados y municipios el trato justo y equitativo que se merecen, reconociendo que ellos tienen mayor cercanía con la ciudadanía y han hecho un esfuerzo extraordinario en estos difíciles tiempos, por eso, si hoy el Gobierno no se manifiesta más federalista que nunca, dudo que haya una nueva oportunidad.
@PerezSoraya
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco