La crisis económica generada por la pandemia del COVID-19 será recordada como la más grave en la historia moderna de nuestro país; hoy día, doce millones de personas se han quedado sin ingresos, millones más entrarán en pobreza y las estimaciones económicas prevén que caeremos más de 10% para finales de año. Como economista, estoy convencida que estos alarmantes números son resultado de las malas decisiones del Gobierno Federal, no sólo en estos últimos meses de contingencia sino desde que iniciaron el mandato. Por esa razón, hoy más que nunca, es importante impulsar la creación de un Consejo Fiscal en nuestro país, el cuál deberá velar por la estabilidad económica y el fortalecimiento de nuestras finanzas nacionales.
Debo señalarles que ésta es una iniciativa que he estado impulsando y he trabajado desde mi primer periodo legislativo muy de la mano de importantes asociaciones gremiales como el CCE, la COPARMEX y México Evalúa. Por otro lado, destaco que hemos logrado que el interés transcienda los colores partidistas, ya que incluso compañeros legisladores de MORENA como Mario Delgado y Alfonso Ramírez Cuellar, así como Marcela Torres del PAN han presentado iniciativas para este fin, y recientemente Martha Tagle de Movimiento Ciudadano y la coordinadora del PRD Verónica Juárez también se han sumado con propuestas coincidentes.
Pero ¿por qué hablar de esto hoy? Cómo saben, esta semana los Diputados Federales seremos convocados a sesionar de manera extraordinaria para renovar a los consejeros del INE; y los distintos coordinadores parlamentarios han abierto la posibilidad de que se agreguen diversos temas al orden del día, incluyendo la creación de este Consejo. Yo estoy convencida que estos son los temas realmente importantes que podríamos agregar al debate parlamentario, porque son temas que abonan a la confianza en nuestras instituciones.
Mi propuesta consiste en la transformación del actual Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados para que sea un consejo de expertos apartidista que obedezca a un proceso de nombramiento que controle los sesgos políticos, con autonomía técnica y de gestión, y que además pueda aprovechar los recursos humanos y presupuestales con los que actualmente cuenta el propio Centro.
Entre sus principales responsabilidades destacaría la opinión sobre el paquete económico que presenta anualmente el Ejecutivo Federal a los Diputados Federales y diversas opiniones durante todo el ciclo fiscal, el impacto presupuestal de las iniciativas legislativas, la evaluación de las proyecciones macroeconómicas y la supervisión del cumplimiento de las reglas fiscales vigentes.
En pocas palabras, el Consejo Fiscal nos ayudaría a conocer cuál sería el impacto económico que tienen cada una de las iniciativas que presentamos, tanto los legisladores como el Presidente de la República. A manera sólo de ejemplo pensemos cuando solicitamos un crédito, el banco evalúa el riesgo que corren al prestarnos dinero, y con base en ello te dan opciones. Similarmente, el Consejo estaría determinando el impacto presupuestal y económico de las propuestas legislativas, y auxiliarían técnicamente nuestro trabajo, siendo voz autorizada en la materia.
En una época en la que la fama del servicio público está muy desgastada, tenemos que demostrar que las y los Diputados de esta Legislatura podemos volvernos el principal motor de la estabilidad. Auguro una discusión intensa, pero confío será abierta, del más alto nivel, incluyente y con la participación de todas las fuerzas políticas; y lo más importante, nos permitirá seguir fortaleciendo a las instituciones mexicanas y abonar al crecimiento económico, que hoy es más urgente que nunca.
@PerezSoraya
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