La ola de anuncios arancelarios desde el inicio del mandato de Trump ha causado un tremendo choque de confianza en los mercados internacionales, y México aún no se escapa de estas afectaciones. También, ha ocasionado un sinfín de dudas para todos ¿Qué aranceles se mantienen hasta el momento? ¿cuáles son las implicaciones para nuestro país? ¿Hay buenas noticias? Permítanme hacer un recuento en este espacio:
Este arancel está vigente para todos los países, siendo los más afectados China, México y Canadá. Recordemos que ya había tarifas desde el periodo anterior de Trump, sin embargo, México había logrado negociar una excepción que no logró mantenerse en esta ocasión. Por el aumento de la tarifa y la composición de nuestras exportaciones, principalmente en sus derivados, estos conceptos son sumamente riesgosos para México.
Este arancel aplica exclusivamente al contenido no estadounidense. Si bien es muy complicado medir su impacto por el alto grado de integración que tienen las cadenas de valor en los tres países que formamos parte del TMEC y porque los aranceles serán distintos según cada marca y modelo; sí hay estimaciones preliminaries que indican que podría oscilar en una tasa arancelaria de 15% para los autos enviados desde Mexico.
México es el principal exportador de automóviles a Estados Unidos, seguido de Corea del Sur, Japón, Canadá y Alemania, por tanto, es evidente el gran golpe para la industria mexicana. Para que se den una idea, Estados Unidos compra cada año alrededor de 16 millones de automóviles nuevos, de los cuales casi 50% son importados, y México es el mayor origen de esas importaciones con 2.5 millones de automóvles enviados.
Entonces, salvo automóviles, acero y aluminio que ya expliqué en los dos puntos anteriores, el resto de los productos que cumplan con las reglas de origen del TMEC podrían entrar con cero aranceles. Todo lo que no entren en el tratado se tasa al 25%, tarifa que podría bajar a 12% dependiendo del cumplimiento en temas de migración y fentanilo. Según COMCE, casi 50% de las exportaciones en el último año estuvieron bajo el amparo del TMEC, por tanto, un número muy considerable de procesos tendrán que hacer cambios para sujetarse al tratado. ¿Cuánto tiempo llevará? ¿cuántas empresas pueden fácilmente adherirse? En este punto, la realidad es que nadie sabe, y los cálculos publicados son más bien puro tanteo.
Los aranceles denominados “recíprocos” quedaron en este nivel después de la pausa anunciada por 90 días a 55 paises y la Unión Europea. No obstante, este impasse no es definitivo y hay que decirlo, sí nos pone en ventaja frente a varios paises manufactureros. De ahí que, en medio de este caos, considero un par de buenas noticias.
Primero, la permanencia del T-MEC. Si teníamos dudas sobre la muerte súbita del tratado, hoy se abre claramente como una puerta conveniente para mantener nuestras exportaciones. Y segundo, el nearshoring. Según las estimaciones de Banamex, el arancel promedio que estaríamos pagando es de 9% en promedio, versus 150% de China, 14% de Japón o casi 10% de Taiwan. Por tanto, habrá que hacer los arreglos en México necesarios para aprovechar nuestra ventaja geográfica y, momentaneamente, también arancelaria para la atraccion de industrias a nuestro país.
El reto es complicado, pero no imposible. Hay demasiada incertidumbre global, también hay desconfianza en México por las posibles implicaciones al sistema jurídico de la reforma judicial y habrá que sumarle los recientes indicadores macro no muy alentadores. Eso sí, en medio de este raro cóctel económico, lo único seguro es que sólo un verdadero compromiso de nuestro gobierno con el sector productivo, industrial y financiero podría transformar esta amenaza en una oportunidad para generar desarrollo y bienestar para los mexicanos
@PerezSoraya
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