Incertidumbre, la estrategia política de Trump

No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que pasa: Ortega y Gasset

Clásicos de la política y el poder -Aristóteles, Sun Tzu, Maquiavelo, Hegel- señalan un punto en común sobre la guerra: se sabe cómo empieza, pero no cómo acaba. Esta advertencia debe tomarse en cuenta a la hora de ubicar lo que Donald Trump bautizó como “la guerra de los 12 días”: hubo misiles entre Israel e Irán, con ataque aéreo de Estados Unidos -aliado de Israel- a tres bases nucleares de Irán.

Es importante señalar que el cambio de atención mediática favoreció a Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, porque aleja los focos de la franja de Gaza/Palestina, donde la prensa internacional registra ataques del ejército israelí a hospitales y población civil, incluidos niños, genocidio en toda regla.

Como era de esperarse, Trump asumió rol protagonista unilateral: en primera instancia ordenó bombardear tres instalaciones nucleares estratégicas de la República Islámica, para que 12 días después escribiera en sus redes sociales “¡Felicidades a todos! Israel e Irán han acordado que habrá un alto al fuego total”, anuncio que, en primer momento, no fue respetado, generando el disgusto del presidente de Estados Unidos.

La prensa estadounidense apuntó que una vez más Trump resta importancia a las instancias internacionales, como la Organización de la Naciones Unidas (ONU), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea, al convertirlas en espectadores de un conflicto militar que amenaza la paz mundial.     

Aunque hay analistas que niegan el concepto de guerra aplicado a la crisis actual de Medio Oriente, plantean preguntas pertinentes: ¿Cuál es el territorio en guerra declarada? ¿Cuál es la duración? ¿Qué intensidad tienen las hostilidades y qué consecuencias materiales habrá? Por ahora, la geopolítica se mueve al ritmo de los tambores de guerra;  aumento en los precios del petróleo, mejoras en el mercado de armas de destrucción masiva, incertidumbre en la bolsa de valores, descontrol de precios en el comercio mundial  y el desprecio de Trump por cualquier protocolo internacional.   

Lo que sucede en Medio (des)Oriente, muestra rasgos preocupantes:

1) La inoperancia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para mediar en conflictos;

2) La unilateralidad que exhibe Estados Unidos con “razones de fuerza militar”, un contrasentido porque las armas no son razones;

3) La “diplomacia coercitiva”, otro contrasentido, pues la diplomacia trata de llegar a una solución pacífica y negociada de los conflictos, mientras que la “diplomacia coercitiva” obliga mediante la fuerza;

4) La incertidumbre que domina el escenario mundial. “Donald Trump florece en la incertidumbre”, es uno de los instrumentos de trabajo.

5) Y como consecuencia lógica, Rusia, China e India fortalecen sus acuerdos comerciales y de defensa militar.     

Pregunta clave: ¿cómo llegar a acuerdos estables y duraderos, si la incertidumbre hace florecer a Trump? La geopolítica y la relación bilateral México-EE.UU. se modifican en tiempo real, minuto a minuto. Tiempo nublado, que requiere resistencia cultural/ideológica frente a la soberbia del Norte, que en un mundo complejo y diverso quiere imponer las antiguas políticas imperialistas: abuso de poder y aplastamiento de los débiles.             

A propósito de las medidas unilaterales de EE.UU. la Suprema Corte dio “luz verde” a Trump para seguir deportando migrantes, sin importar su estatus (legal/ilegal/penal). El resultado fue 6 votos a favor y 3 en contra, sin explicar las razones de la delicada decisión jurídica. Esto es lamentable: representa la validación de la política antiinmigrante que viola derechos humanos. “Se viola, además, el debido proceso”, señaló la jueza Sonia Sotomayor, quien votó en contra de Trump. Por ejemplo, el mexicano Jesús Muñoz, sentenciado por dos asesinatos en EE.UU. fue deportado… a Sudán, país africano. ¿Qué ocurre en los protocolos de los juicios por deportación, dada la sentencia de la Suprema Corte que avala a Trump? Se elimina la posibilidad de que las personas argumenten en contra de ser deportadas a un país desconocido. En cualquier juicio, ley universal del derecho, se tienen que expresar las dos partes. Trump, con modos de Rey, quiere el silencio y el dominio a su alrededor. México no debe callar.