Hace unos días arrancó la LXVI Legislatura y Morena mantiene una abrumadora mayoría en ambas cámaras. Los ciudadanos observamos desde fuera un Poder Legislativo completamente dividido, desconocedor de su responsabilidad y con marcadas filias y fobias partidistas; cuando lo único que deberían impulsar en este momento es el diálogo.
Algunas personas me han estado preguntando en mis redes sociales sobre la composición y tipo de mayorías. En la Cámara de Diputados, MORENA tiene 257 legisladores, con esto logran mayoría calificada; pero en Senado sólo tiene 85 senadores (contando ya a los chapulines del PRD), es decir, sólo alcanzan mayoría absoluta, están a un senador de lograr la calificada.
Ahora bien ¿qué se puede hacer con mayoría absoluta? Aprobar el Paquete Económico, algunos nombramientos y crear nuevas leyes secundarias, más no pueden modificar la Constitución. En otras palabras, si se mantiene la oposición unida en Senado será un dique de contención para el oficialismo.
Mantener el estado de Derecho en Méxiconimplica necesariamente que el poder legislativo sea un contrapeso eficaz, responsable y constructivo. El reto no es menor y la oportunidad enorme. La historia ha demostrado que los periodos de mayor avance en México han sido aquellos donde las reformas estructurales se alcanzan mediante diálogo y negociación.
Como economista y ex legisladora hay algunas reformas que considero urgentes para cerrar la brecha de la desigualdad, fortalecer la competitividad y garantizar un crecimiento sostenible:
1. Reforma Fiscal ¡De las más urgentes! A pesar de que México ha realizado ajustes fiscales en el pasado, el sistema sigue siendo ineficiente e insuficiente para satisfacer las necesidades del gasto, especialmente en los órdenes subnacionales. Una reforma fiscal integral debería enfocarse en ampliar la base tributaria, reducir la informalidad y mejorar la progresividad del sistema.
2. Reforma del Sistema de Salud (aún no somos Dinamarca) Si bien es verdad que la pandemia del COVID-19 expuso debilidades estructurales como la falta de infraestructura adecuada, personal médico y medicamentos. Una reforma integral podría apuntalar hacia un acceso universal y de calidad en los servicios de salud, fortaleciendo instituciones como el IMSS y el ISSSTE, y con mecanismos más eficientes de compra y distribución de medicamentos.
3. Reforma Educativa (sin adoctrinamiento) La educación es uno de los principales motores del desarrollo y cierra las brechas de desigualdad, necesitamos una reforma educativa que se adapte a las nuevas realidades tecnológicas y laborales. Es crucial que el sistema educativo no sólo se enfoque en la cobertura, sino también en la calidad; priorizar el acceso a herramientas digitales, la capacitación continua de los maestros y una evaluación constante del desempeño académico de los estudiantes.
4. Reforma del Poder Judicial Es prioritario fortalecer la independencia y eficiencia de este poder, combatiendo la corrupción y garantizando que el acceso a la justicia sea expedito, imparcial e incluyente para todos los mexicanos. La confianza en el sistema judicial es clave para asegurar el estado de derecho y la seguridad jurídica, factores esenciales para atraer inversiones y garantizar el bienestar social.
Legitimidad no es sinónimo de legalidad; de ahí que nuestros legisladores federales deben avanzar con respeto a la pluralidad y a nuestro marco constitucional; además, reforzar la comunicación con la sociedad civil, académicos y expertos. Usar la mayoría para hacer lo correcto, es una oportunidad única que parece quieren desaprovechar.
@PerezSoraya
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