GOLPE A LA TRANSPARENCIA

Una democracia de resultados demanda transparencia. Porque sin transparencia es prácticamente imposible generar la confianza que exigimos los ciudadanos respecto al manejo de los recursos y la gestión pública en general. Contrario a la lógica de un país democrático, desde abril el INAI, instituto autónomo encargado de garantizar el derecho fundamental del acceso a la información y la protección de los datos personales ha recibido un duro golpe, pues está imposibilitado de sesionar por instrucciones directas de López Obrador.

El 15 de marzo fueron vetados por el presidente los dos comisionados vacantes que habían sido aprobados en el Senado por mayoría calificada. Hace unos días Latinus reveló las premeditadas intenciones de Palacio Nacional con unos audios en los que se escucha al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, diciendo a senadores de Morena que lo conveniente para el presidente es que hubiera un “impasse”; es decir el “mundo ideal” que buscaba AMLO y que logró con su veto, es un México donde no hay transparencia.

México va de mal en peor en este rubro. Según el Índice de Competitividad Internacional 2022, nuestro país se encuentra en el lugar 35 de 43 países evaluados perdiendo seis posiciones desde 2015 y manteniéndonos en la categoría “media baja” del subíndice Sistema Político, precisamente este apartado es el que califica la legitimidad democrática y la calidad de nuestra transparencia.

En estos tiempos donde los funcionarios federales no dan explicación de sus actividades ni hay información sobre las obras públicas, su planeación y recursos invertidos, el INAI se ha convertido en la única herramienta disponible para los mexicanos.  Mientras que de 2015 a 2018 el INAI recibía 26.8 recursos de revisión por día, en el sexenio de AMLO esta cifra se elevó al doble, es decir, cada vez hay menos información pública de interés y los ciudadanos tenemos que recurrir a la plataforma de transparencia para conocer el quehacer institucional.

Inclusive aún como diputada me es prácticamente imposible obtener información gubernamental. Cuando fui legisladora federal fue gracias a un recurso que interpuse ante el INAI que obtuve el análisis costo-beneficio de la Refinería de Dos Bocas y me enteré de que no había estudios de factibilidad, y sigo obteniendo datos en la plataforma sobre las obras de servilleta que está elaborando SEDATU y diversos proyectos locales.

¿Cuál es la gravedad de que el INAI esté inoperante? Justamente que no resuelva los 500 recursos de revisión que se solicitan cada semana, y por tanto no instruya a las dependencias e instituciones que entreguen información como contratos, presupuestos o expedientes que mañosamente ocultan o clasifican para que nadie pueda tener acceso. Además, no hay que olvidar que el Instituto también encabeza el Sistema Nacional Anticorrupción, en otras palabras, descabezando al INAI también le dan un golpe mortal al combate a la corrupción.

Me ha tocado compartir foros nacionales con Blanca Lilia Ibarra, comisionada presidenta del INAI y he corroborado que es una mujer comprometida con la transparencia y la rendición de cuentas, por eso celebro la controversia constitucional que han iniciado ante la Suprema Corte de Justicia, y de manera respetuosa le pido a la magistrada presidente Piña que la resuelva lo antes posible.

¿Tan mal estamos que buscan ocultar toda la información? Es eso, y también por corruptos, porque la ineficiencia y la opacidad también es corrupción.