SEDATU y la corrupción de sus obras

Es falso que como Tabasco es la tierra del Presidente nos va bien. La realidad es que nuestro estado es la caja chica de la denominada 4T, y eso es a costa de la prosperidad, bienestar y desarrollo de los tabasqueños.

Para muestra, lo que sigue haciendo la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), cuyo titular Román Meyer Falcón, hijo de buenos amigos del presidente, se le encomienda desde Palacio Nacional realizar obras de gabinete por todo el país; sin embargo, estas obras se han convirtido en una pesadilla para los ciudadanos por una serie de ingredientes combinados: falta de transparencia y planeación, pagos en exceso o no justificados, y mucha corrupción.

Según información de SEDATU se han realizado más de 850 obras en 135 municipios de 25 estados de México y en la mayoría de ellas hay anomalías. Las denuncias provienen directamente de la ciudadanía afectada, otras por las contralorias federales, o con sendos pliegos de observaciones emitidos por la Aditoría Superior de la Federación (ASF).

Un ejemplo es la obra denominada “Construcción del Parque Lineal en Río Grijalva”, la cual se realizó a partir del Programa de Mejoramiento Urbano de la SEDATU, que tiene como objetivo reducir el déficit de equipamientos y espacios públicos e impulsar la reactivación economía local. Para 2021 esta obra tenía un presupuesto de $760 millones, pero al término del año, la Auditoría determinó un daño patrimonial de más de $200 millones, es decir, casi el 30 por ciento de la obra tiene anomalías e irregularidades sumamente delicadas que han implicado el inicio de responsabilidades administrativas a innumerables funcionarios públicos.

La ASF en su auditoría número 251, que para mayor detalle y referencia adjunto este link https://informe.asf.gob.mx/Documentos/Auditorias/2021_0251_a.pdf concluyó que la SEDATU no cumplió con las disposiciones legales y normativas aplicables en la materia:

• Falta de presupuesto base, sin desglose o listados de actividades, cantidades de trabajo y sus precios;
• Deficiencias en las funciones de la residencia de obra;
• Falta de aplicación de penas convencionales por $47.5 millones;
• Intereses financieros que deben resarcir por más de $25 millones por obra pagada no ejecutada;
• Formalización de convenios sin que fueran debidamente justificados;
• No se indicó en el finiquito el destino de recursos por $651.7 miles para el contrato de supervisión, además que se amplió para una obra en Nayarit, que nada tiene que ver con este proyecto;
• Pago por $98.2 millones para “Intervención Urbana” sin soporte ni comprobación documental;
• Pago por servicios no prestados por $4.5 millones; y
• Pagos en exceso por $22.4 millones. ¡Un kiosko que costó más de $20 millones, imagínense!

En total son más de $200 milones en daños al erario público, en otras palabras, corrupción. La cereza del pastel es que esta obra fue adjudicada a Alejandro Castro Jiménez Labora, amigo del hijo del presidente.

Tan sólo hace unos meses, el presidente recorría el Malecón de Villahermosa con el Gobernador, la Presidenta Municipal y el secretario, públicamente aseguró que este malecón sería de los mas bellos del mundo; lo que no le dijeron a quienes están “augusto” es que es una obra mal hecha, que ha mandado a la quiebra a cientos de comerciantes de la zona y que además, implicó el desvío de millonarios recursos.

No les voy a mentir. Son tiempos muy oscuros y difíciles para nuestro país.

@PerezSoraya