Como en cualquier democracia, uno de los ejercicios más importantes a la mitad de un periodo presidencial siempre ha sido la evaluación; es decir, el momento para preguntarse de manera seria y responsable: ¿cómo vamos? ¿qué se ha logrado? y, sobre todo, ¿qué falta por hacer? Pero en este país del revés, la rendición de cuentas, deber de toda autoridad republicana, se volvió un festival, un acto de campaña, un evento multitudinario para celebrar las promesas incumplidas y una falsa realidad del México que vivimos.
Las pruebas de esta falsa realidad están en las cifras; por eso hoy quiero mostrarles evidencia de los tres grandes fracasos de este Gobierno.
Primero. El fracaso económico.
Pese a haber prometido elevar el crecimiento económico a una tasa de 4% anualmente, la realidad es que en los últimos tres años seguimos decreciendo (promedio 2019-2021 -1.05%). De hecho, recientemente el Banco de México estimó que, de seguir con esta tendencia, el crecimiento para el final del sexenio será el menor que se tiene registro desde los años 80s.
La inflación podría llegar a ser una de las más altas de los últimos 20 años, productos esenciales de la canasta básica han aumentado en más de 70% como son frutas, verduras, aceite comestible y kilo de pollo, entre muchos otros. Ni que decir de los combustibles, la gasolina que prometieron bajar, que tan sólo en los últimos 10 meses ha aumentado más de 15%.
Además, su promesa de no endeudar más al país quedó en el olvido. Hoy se han sumado casi 3 billones de pesos más a la deuda pública total, incluyendo la de PEMEX, que a pesar de sus millonarias pérdidas anuales, sigue siendo la empresa petrolera más endeudada del mundo y también la más beneficiada por nuestros impuestos.
Segundo. El fracaso social.
Según cifras oficiales del CONEVAL, más de 6 millones de mexicanos pasaron a las filas de la pobreza; más de 10 millones se han quedado sin empleo; casi 52 millones sufren de pobreza laboral, es decir, no les alcanza para comprar una canasta básica alimentaria; y más de 35 millones de mexicanos se han quedado sin acceso a servicios de salud en plena pandemia.
Hoy México es el cuarto país con más muertos por COVID-19, la inversión pública en la materia ha caído casi 40% y problemas como el desabasto de medicamentos siguen estando a la orden del día.
Tercero. El fracaso en seguridad.
La política de abrazos no balazos ha traído el sexenio más sangriento de la era moderna de nuestro país, las cifras rojas superan la suma de las administraciones de Calderón y Peña. Según datos oficiales, en tan sólo 3 años, ha habido 28 masacres en diferentes estados donde han muerto decenas de personas, se han cometido más de 100 mil homicidios, casi 3,500 secuestros y aproximadamente 8 mil feminicidios; números que son meramente estimaciones ya que alrededor de 93% de los delitos en México siguen sin denunciarse.
Lo he dicho y lo reitero, para corregir primero hay que asumir. México aún está a tiempo de corregir los errores del pasado, pero tiene que haber voluntad y mucha responsabilidad. Quedan 3 años, suficientes para enderezar el rumbo del barco, si lo que verdaderamente importara fuera el bienestar de los mexicanos.
@PerezSoraya
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