“No hay evidencia de epidemia por COVID en niños”. Cuando vi el cartel del gobierno con esta frase no podía creer la falta de responsabilidad y la negligencia. Los medios internacionales informan sobre el alarmante número de niños hospitalizados por esta terrible enfermedad, y los científicos aceleran el paso para poder tener lista la vacuna en menores de 12 años. Más, en el país del revés, en éste que nos tocó vivir, en el Kafka mexicano, sin ninguna medida seria, se pretende regresar a clases presenciales en unos días. Así de expuesta está la niñez en México.
Reconozco que después de un año y cinco meses de haber iniciado esta pandemia, es importante atender la crisis educativa por la que atraviesa el país. Las cifras son alarmantes. Según la SEP, México ha perdido aproximadamente 320 mil estudiantes y casi 60% de los alumnos inscritos en el ciclo escolar pasado no pudieron concluirlo por razones asociadas al COVID o por falta de recursos. La brecha de desigualdad educativa sigue aumentando, especialmente entre los que menos tienen.
Por lo mismo, debe ser una prioridad encontrar una solución a este problema sin poner en riesgo la salud de nuestras niñas y niños. Me pregunto, ¿por qué si ya está autorizada la vacuna del COVID en México para mayores de 12 años, aún no los incluyen en el plan de vacunación?; al respecto posicioné un punto de acuerdo en la Comisión Permanente, que, como otras decenas de exhortos, siguen sin ser discutidos. Me avergüenza pensar que lo único que interesa a este gobierno son los votantes, los mayores de 18.
Mientras que gobiernos de otros países han anunciado planes multimillonarios para modernizar la infraestructura educativa y dotar de insumos extraordinarios para un regreso a las aulas seguro, en el último informe enviado por Hacienda al Congreso se muestra que la SEP tiene un subejercicio de más de $15 mil millones, eso sí la responsabilidad de los filtros de seguridad y la limpieza de las escuelas será para nuestros maestros y padres de familia, entonces ¿en qué gastan nuestros impuestos?
Como legisladora, pero principalmente como madre, considero que es urgente invertir en el mantenimiento de escuelas y en la compra de insumos de salud como filtros HEPA, monitores de calidad del aire, pruebas rápidas y cubrebocas suficientes, todo esto mientras se acelera el proceso de vacunación para menores de edad.
La realidad nos debe llamar a actuar; ya son 63 mil niños y niñas que se han contagiado y más de 600 han muerto. Y mi estado natal, Tabasco es la segunda entidad con el mayor número de contagios de menores, sólo siendo superados por la CDMX. Esto significa que, en el marco de esta tercera ola, nuevamente Tabasco se ha convertido en el epicentro de la pandemia.
Estoy convencida que las escuelas sí pueden ser un lugar seguro para nuestros hijos, y para lograrlo debe haber un protocolo serio y responsable. Mi querida amiga, la diputada Mariana Mier y Terán lo recordaba en tribuna esta semana, la falta de medicamentos para nuestros niños con cáncer, la escasez del cuadro completo de vacunación y ahora, esta nueva ola de COVID que acecha a nuestra infancia, “no puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños. Nelson Mandela”.
@PerezSoraya
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