Si le va mal a AMLO, le va mal a la mayoría de los mexicanos, por ello queremos que le vaya bien. Para que eso suceda tiene que, con humildad y sensatez, reconocer los errores en varias políticas aplicadas en sus primeros tres años y rectificarlas, si quiere terminar como un buen presidente.
El error de abandonar Texcoco y ampliar Santa Lucía implica entre pagos por cancelación de Texcoco y mejorar los viejos aeropuertos, gastos mucho más altos que terminar Texcoco, cuya capacidad sería 8.5 veces mayor a la de Santa Lucía, medida por puertas para aterrizaje. A estas alturas todavía sale más barato continuar con Texcoco que mejorar Santa Lucía, que se saturará en 5 o 10 años, mientras Texcoco hasta 40 0 50 años.
Cerrar la posibilidad legal de que empresas privadas participen en el sector petrolero y eléctrico, y regresar a los monopolios de los años 70 del siglo pasado, arguyendo que es por seguridad nacional, constituye una falsedad, pues esos monopolios aumentan la dependencia de gasolinas, gas y electricidad de empresas privadas en EUA. Parece como si el gobierno de izquierda de la 4T prefiriera importar los faltantes de EUA a que los produzcan empresas privadas nacionales y extranjeras, que crean empleos en México.
La refinería de dos bocas y el tren maya, que podrían edificar particulares con costo cero para el Estado, los construirá el gobierno, decisión que facilita la manipulación de miles de millones entre quienes compran y venden productos para su construcción, la que solo beneficiará a funcionarios públicos y a empresas que participarán en esos proyectos, no al pueblo que con sus impuestos aporta los recursos para esos fines.
La 4T recibió de gobiernos anteriores, según datos de la senadora Xóchitl Gálvez, 728 mil millones en ahorros colocados en diversos fideicomisos, para usarlos en fines específicos. En los primeros tres años casi se los acabó el actual gobierno, sin que ese dinero se haya traducido en obras tangibles, trasparentes y justificables. El gobierno de AMLO recibió un fondo de estabilización de 262 mil millones, quedan 9, se gastó el 96.6%. Dispuso del total de un fondo para la Secretaría de Salud, de más de 100 mil millones. A pesar de esos recursos adicionales, continúa la escasez de medicamentos.
Hay salida si AMLO reconoce errores, los rectifica, aumenta la trasparencia en los monopolios estatales, y castiga a los corruptos del actual gobierno, no solo a los de anteriores.
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