Con el crecimiento tan grande que han tenido las plataformas de Facebook, toda la atención se ha ido sobre ellas para exigirles controles y supervisión en cuanto a los contenidos que circulan por ellas, pero hay otro gran jugador en el mundo que tiene cautivos a los más jóvenes y claramente necesita que le pongan algo de supervisión adicional.
Recientemente la fundación Mozilla publicó un estudio muy interesante que realizó para evaluar el contenido que circula en YouTube. Para realizar este estudio contaron con la participación de 37,380 voluntarios durante 10 meses.
Cada día en YouTube se ven cerca de 700 millones de horas de video, lo cual representa un reto muy grande para verificar todo ese contenido.
Uno de los primeros hallazgos del estudio y que resulta por demás preocupante, fue que más del 70% de los vídeos que la plataforma pone como recomendados, en realidad son contenidos que pueden ser cuestionables o no deberían de contar con ese aval.
Éstos videos recomendados y que no deberían serlo, principalmente tienen contenido de desinformación, violencia, discursos de odio e información falsa sobre COVID19.
El estudio también resalta que el contenido que atenta contra la seguridad de los niños y promueve el acoso y el daño psicológico ha estado ahí como sugerencia para “ver a continuación”.
En español es peor
Al ser una plataforma estadounidense que nació en inglés, por lógica todos los sistemas de verificación comienzan a implementarse en ese idioma; si consideramos lo complejo que es el idioma español, y más en América Latina donde tenemos modismos, albur, doble sentido y sinónimos diversos para referirnos a lo mismo. Resulta una tarea titánica el poder gobernar el contenido.
Para realizar una supervisión similar de los contenidos que circulan por su plataforma, Facebook hizo una alianza con Associated press(AP).
Los niños y jóvenes son los más vulnerables
Aunque los adultos utilizan también la plataforma, en teoría su madurez les permite determinar que un contenido no es apropiado. En el caso de un niño o adolescente, al no contar todavía con un criterio es probable que tome como cierto el contenido que ve en YouTube y más cuándo es la plataforma donde pasa la mayor parte de su tiempo en Internet.
El reto hoy no solo es evitar que los contenidos circulen por la red, sino enseñar a los niños a denunciar los contenidos que vean como inapropiados, premiándolos por haber detectado un contenido y por denunciarlo debidamente.
No podemos evitar que los niños entren a internet, porque su mundo cada día es más digital y más en estos tiempos de pandemia, pero si en lugar de prohibir, creamos en ellos el hábito de denunciar y reportar contenidos inapropiados, les estaremos dando armas para enfrentar un futuro digital que no cesará de atacarlos con contenido de violencia, sexualidad o temas complicados a sus ojos.
Es mejor darles las armas para defenderse, que solo esconderlos del peligro.
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