Hay pocas cosas en las que la humanidad puede coincidir, y una de ellas es el anhelo de ser exitosos. Dicho esto, es lógico que hay que mantenerse lejos de todo lo que huele a fracaso.
Sin embargo, la pregunta elemental es: ¿qué es lo que convierte a una persona común en alguien con éxito?
Fama y Éxito: ¿Son Sinónimos?
Desde la perspectiva de la imagen pública, la mayoría de las personas cree que una persona famosa es exitosa, y hasta cierto punto es verdad. No obstante, hoy en día hay gente que fue famosa y actualmente no lo es, y esto es una constante; los que ahora son famosos, mañana pasarán al olvido. Así que la fama no necesariamente implica tener éxito.
Poder Adquisitivo: Una Medida Incompleta
Otra idea de ser exitoso radica en la cantidad de poder adquisitivo y riqueza generada. Es interesante ver cómo la gente concibe estas características como sinónimo de éxito, pero adivinen qué: hay multimillonarios que, pese a su gran fortuna, carecen de salud, amor y otros aspectos que generan satisfacción en la vida, dándose cuenta de que no tienen todo lo que desean y, por tanto, no son verdaderamente exitosos.
El Equilibrio: Clave del Éxito
El éxito no es un todo, se trata de diversos aspectos emocionales, materiales y humanos en la vida de las personas que se equilibran y dan sentido a su existencia. Aclarado este punto, podemos entonces entender qué aspectos determinan el éxito de una persona.
La Prudencia: Hablar en el Momento Oportuno
Primero que nada, hay una cualidad deseable que te llevará muy lejos en tu carrera profesional y en todos los aspectos de tu vida: se llama prudencia. Palabras más, palabras menos, podemos entenderla como el arte de hablar en el momento oportuno y especialmente callar.
Desde reyes, presidentes, políticos y diversas personalidades que ostentan poder, todos coinciden en que una persona prudente es deseable y necesaria en cualquier equipo de trabajo, especialmente en los más importantes.
La Humildad: Sencillez que Gana Estima
Otra característica digna de destacar es la humildad, en el entendido de la sencillez que distingue a una persona. Quien se mantiene en este nivel, pese a los logros, bienes, relaciones, cargos, etc., siempre ganará alta estima y un lugar en la mente de las personas.
La Temperancia: Control y Dominio Propio
La temperancia es un aspecto que se toma muy a la ligera, o como sucede la mayoría de las veces, ni siquiera se toma en cuenta. Hace muchos años se realizó un experimento en niños, a quienes se les dio bombones con la indicación de no comerlos hasta recibir la autorización pertinente. Al final, pocos niños participantes resistieron la tentación de tener el malvavisco en su poder y esperar la señal para comerlo. Con este estudio experimental se determinó que los niños que logran ser temperantes y con dominio propio alcanzan el éxito donde el resto sucumbió.
El Fracaso: Un Paso Hacia el Éxito
Si bien estas son características que te ayudarán a ser exitoso(a), es importante que tengas presente que, incluso a pesar de ellas, en ocasiones el fracaso tocará a tu puerta. Lo importante es que seas consciente de que el fracaso no determina quién eres; por el contrario, te prepara el camino para tener la capacidad necesaria de obtener aquello que deseas.
Fracasar no te hace un fracasado, hay una diferencia entre ambos términos. El fracaso es un peldaño hacia el éxito. Recuerda que para que existiera la bombilla eléctrica, su inventor tuvo que descubrir 99 formas distintas de cómo no hacerla. Es decir, requirió equivocarse 99 veces para que por fin la 100ª llegara a ser el éxito en que se convirtió y que aún hoy seguimos empleando.
La Persistencia: Lección de las Mariposas
En cambio, el fracasado es aquel que se rinde ante la primera dificultad, el que sin haberlo intentado todo prefiere evadir el esfuerzo.
Cuando te encuentres en la encrucijada más difícil y estés a punto de rendirte, recuerda a las mariposas. Éstas, antes de desplegar sus alas y convertirse en un ser alado y colorido, eran orugas que se arrastraban en el suelo. Para transformarse, tuvieron que poner todo su empeño para romper el capullo, aparentemente irrompible, pero con un único objetivo: fortalecer sus alas para volar.
Por ello, el éxito es tan codiciado: requiere esfuerzo, constancia y mucho valor. ¿Estás dispuesto a alcanzarlo?
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