Dos de los términos más populares en nuestra sociedad son psicópata y bipolar. Por ejemplo, gracias al cine, el primero es entendido como sinónimo de asesino serial y el otro de locura, desde luego, estas afirmaciones son falsas y se han creado mitos a su alrededor de los cuales el séptimo arte, las series, las plataformas digitales y otros medios de actualidad han sacado provecho a un costo muy alto: mal informando a la sociedad y ésta a su vez estigmatizando a partir de la ignorancia.
Hace algún tiempo un hombre cuya forma de conducirse denotaban su gusto por exagerar la información y muy especialmente por su muy particular forma de sazonar sus dichos, le compartió a un conocido una experiencia reciente, afirmaba que su vecina estaba loca y que ya lo tenía más que confirmado. Su conocido con gran interés le preguntó ¿Cómo lo descubriste?, este comunicativo hombre le respondi: - sencillo, ya eran como las once de la noche y le llamé a su puerta para pedirle unos vasos desechables que necesita con urgencia, ante mi inocente pedido esta mujer histérica me regañó y se negó a ayudarme-. Su amigo tratando de ver el lado amable de la situación exclamó: “pero hombre, puedo ver por los vasos que llevas en la mano que pudiste obtener lo que necesitabas, ya no te quejes”, a lo que el otro sujeto le respondió, en realidad mi vecina me los dio.
Al día siguiente, el conocido se topó con una mujer, cuyo semblante lucía sumamente demacrado. Gentilmente le ofreció su asiento mientras esperaban que llegara el tren. La mujer agradeció su gentileza y sin darse cuenta ya habían entablado plática. Ella le comentó que había estado muy enferma y a causa de ello no dormía casi nada durante la noche. Incluso -añadió- anoche vino mi vecino, me acaba de dormir hacía unos escasos minutos cuando tocó a mi puerta estrepitosamente, no sólo me asustó, sino que ya no pude conciliar el sueño después. Pobrecillo, aunque le di los vasos desechables que me pidió me siento mortificada por haberle respondido ásperamente, afortunadamente ya me disculpé con él.
El hombre que escuchó pacientemente la historia que tan conocida le parecía, con cierta cautela para no incomodar a la dama, le preguntó ¿lo regañó muy fuerte quizás?, a lo que ella contestó: le dije en tono molesta y un tanto adormilada que me había levantado, le entregué los vasos y se marchó ofendido.
Meses después , el conocido se topó con su amigo, y no dudando ni un segundo le cuestionó: “¿recuerdas a la loca de los vasos desechables de la que me hablaste? El amigo desenfadadamente le confirmó: -desde luego, cómo olvidarla, me ofendió. Pero no me extraña su conducta, es bipolar por eso está loca.
Esta historia como muchas otras van formando falsas creencia en torno a lo que son las personas.
Qué papel juega aquí la imagen pública
Una premisa fundamental en imagen es precisamente la que hace referencia a su significado, imagen es percepción, luego entonces la idea que nos da una persona por cómo se ve y se comporta influye en esta errada forma de etiquetar a la gente: si actúa con intensidad emocional es bipolar, dicho sea de paso es sorprendente que las mujeres somos encasilladas con más frecuencia en esta categoría por los varones. Y si un admirador se torna intenso, agresivo, acosador y celoso de inmediato se le tacha de psicópata. Esta forma de conducirnos no debe ser una premisa.
Cuando más acceso a la información tenemos más desinformados nos tornamos.
Empecemos por el principio, qué es un psicópata y un bipolar.
La psicopatía es una afección mental, no es una enfermedad. El especialista en psicopatía Robert Hare en su libro “sin conciencia” describe al psicópata como alguien que sabe la letra de la canción pero no sabe la tonada, es decir, no es capaz de ser empático emocionalmente. Sabe cómo debe actuar socialmente en determinadas circunstancias pero no es capaz de tener ese sentimiento. Estás personas son especialistas en convertirse en lo que la gente desea y necesita y se aprovecha de ello, su conducta representa una verdadera pesadilla. Los psicópatas están muy cerca de nosotros y no los podemos detectar, les encanta ocupar cargos de elección popular pues les fascina el poder y por ello elegirán profesiones donde puedan ejercerlo. No obstante, el hecho de decir que tal o cuál persona es un psicópata debe basarse únicamente en la aplicación de una evaluación de psicopatía, no es suficiente con observar y analizar a alguien, así no funciona.
Tampoco la bipolaridad se trata de establecer blancos o negros ni de gente insoportable, en la sociedad hay personas tan correctas y propias en su actuar que jamás imaginaríamos que padecen bipolaridad ¿Entonces? La bipolaridad incluyendo sus tipos, va de temporadas depresivas a aquellas de gran euforia. No se trata de gente gritando y comportándose histéricamente con los extraños.
Desafiando estereotipos y fomentando la empatía
En nuestro viaje a través de la percepción pública de los términos “psicópata” y “bipolar”, hemos descubierto cómo la sociedad a menudo cae en la trampa de etiquetar a las personas de manera incorrecta. Los estereotipos y mitos que rodean a estas denotan ignorancia en el tema y dañan la estima de un ser humano, destruyendo también su imagen pública.
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