Hace 22 años inicié mi carrera en el periodismo de espectáculos, en aquel tiempo no existían las redes sociales; sin embargo, los escándalos siempre han ocupado los titulares de todos los medios, por ejemplo aún recuerdo cómo Lucero explotó ante la prensa durante su temporada teatral en la obra Regina, y así, una carrera limpia por 21 años se encontraba en crisis por perder los estribos en 5 minutos ¿Qué hace que ciertos artistas continúen siendo amados y otros salgan del firmamento artístico para siempre? La imagen pública tiene la respuesta.
A esto se le denomina manejo de crisis mediática, y requiere de una gran estrategia que reúna dos principios básicos: coherencia y credibilidad .
Se requiere coherencia entre lo que se dice y lo que se hace y desde luego, que en ambas situaciones haya credibilidad, y la sinceridad es primordial.
La industria del espectáculo es especialista en crear estrellas, por eso los artistas no están solos, tras ellos hay un mánager que cuida sus intereses y los representa ante los medios de comunicación y las compañías que los contratan tanto para hacer presentaciones, giras y grabar discos. No están solos.
Entre el mánager y la disquera se forma una alianza que trabaja conjuntamente con la imagen del artista, se les guía y asesora sobre cómo responder ante la prensa, vestuario, en fin, todo lo relacionado en pro de su imagen pues es está la que vende y genera ganancias.
Por eso cuando artistas como Pee Wee defienden a Yahritza y Su esencia diciendo que están chiquitos y que no saben expresarse bien en español, su defensa es hueca y sin sentido, el problema no fue el idioma, su mensaje fue muy claro.
Su edad dentro de la industria tampoco los justifica, desde los siete años un niño sabe diferenciar lo bueno de lo malo sea del país que sea. Pongamos un ejemplo, supongamos que invitas a comer a tu casa a los amigos de tus hijos de 15 años, o a unos amigos de esa edad. Su presencia te causa gran alegría y te esmeras porque se sientan como en casa. Al momento de probar los alimentos tus jóvenes invitados te dicen que tu comida no les gusta, y que prefieren la comida de su casa.
Cualquier adolescente “bien educado” sabe que hacer eso no sólo es grosero, sino ofensivo para el anfitrión.
La edad no es una escusa.
Entonces ¿perdoe su esencia o mostraron la real?
Yahritza y su Esencia no son un grupo de hermanitos famosos que están solos frente al mundo, como agrupación ha probado que decir lo que quieran públicamente tiene consecuencias; sus disculpas y subsecuente declaración en la que justifican su disgusto por la comida mexicana argumentando que eran muy pobres, fue peor que el primer comentario.
No hay justificación porque no son chiquitos que solitos se hicieron famosos, hay un mánager y una empresa, Lumbre Music, la cual es manejada por Ramón Ruiz y Alex Guerra, que está detrás de ellos, generando millones de dólares, por lo que es su deber cuidar su imagen y arreglar el desastre que permitieron que sucediera.
Estos chicos ya mostraron su esencia, la pregunta es ¿cómo darle un giro total a la situación que les devuelva el cariño del público?
Cambiar la percepción de la gente no es fácil, menos cuando esta es negativa, pero tampoco es imposible. Hacerlo requiere de invertir en consultoría de imagen y pasar del bla,bla, bla a la acción. Se necesita “ver” que el arrepentimiento es real.
Estrategias para revertir la mala imagen de Yahritza y su esencia
Todo lo que digan ahora no será bien recibido por tanto deben demostrar su arrepentimiento, sí, arrepentimiento porque sus declaraciones fueron groseras y ofensivas a la cultura y costumbre de una nación por tanto, podrían perderle un poco de amor al dinero y:
Este solo un esbozo de estrategias, no obstante; lo más importante por considerar es que México es clave dentro de la industria musical, junto con Estados Unidos y si este importante mercado se pierde, la carrera también, si no que lo siga Tiziano Ferro.
Por último, es urgente que está agrupación reciba asesoría en entrenamiento mediático sino quieren desaparecer antes de lo esperado, el público no olvida…por cuenta propia.
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