Es posible que en estos momentos estés atravesando una crisis profesional dónde tu jefe (a) no sólo te tiene entre ceja y ceja, sino que realmente se encarga de hacerte la vida más pesada de lo normal, y aunque espero que ese no sea tu caso, en la actualidad estas situaciones se incrementan continuamente en lo que pareciera ser una batalla campal entre babyboomers, generación X contra millenials o todos contra todos. La pregunta más lógica es ¿por qué?
La causa principal de estos problemas suele ser por un lado, la falta de respeto a los superiores jerárquicos, es sorprendente el número de discusiones donde los colaboradores se autocolocan en el nivel de igual a igual, llegando al punto no solo de elevar su tono de voz sino de gritar a todo pulmón como un niño pequeño haciendo berrinche.
No defiendo de ninguna manera el maltrato hacia ninguna persona sea cual sea su nivel o posición en el organigrama de la empresa; sin embargo, enfrentar a alguien en posición de poder te coloca en una situación más vulnerable.
Es cierto que hay personas que abusan del poder que el puesto les otorga, en ese caso hay dos opciones: renunciar en busca de tranquilidad, y la otra es callar y hacer lo que se te pide, en ese caso, que tu respuesta revele tranquilidad y buen ánimo y ni modo, hacer de tripas corazón.
Desafortunadamente para muchos jóvenes, lo más normal es responder y reaccionar, esta actitud -y mira que este es el meollo del asunto-, genera muchísimos despidos, en muchos casos se toman de forma muy personal las observaciones o comentarios que les hacen y no debe ser así, no te lo tomes personal. Hay que tener mucho cuidado y tener siempre presente que en el trabajo no vas a hacer amigos, si lo logras, excelente, es valor agregado, pero no esperes que te pidan dulcemente que hagas tu trabajo o que te feliciten por cada cosa que hagas. No me malinterpretes, desde luego que la motivación y el reconocimiento son necesarios e importantes pero no se dan a cada rato ni todos los días.
Debe existir un equilibrio basado sobre todas las cosas en el respeto, siguiendo las normas. Desafortunadamente en aras de exigir respeto muchos subordinados se involucran en situaciones desagradables que si pudiesen verlas como ven Netflix, se darían cuenta que solitos se pusieron en esa situación.
Hay situaciones donde por otro lado, los jefes son gente sin educación ni escrúpulos, incluso menos preparada que tú. Se atreverán a insultarte para sentir que tiene el poder sobre ti, querrán humillarte, es difícil, también pasé por eso, y puedo decirte que ganas más guardando silencio y haciendo lo posible por no perder los estribos que rebajándote a su nivel. En una situación así, procura aclarar la situación pero no en ese momento, las emociones a flor de piel no permiten tener objetividad y claridad mental. Si después de hablarlo calmada y serenamente, la situación se repite, repórtalo con alguien de mayor nivel, si nada mejora lo idóneo es contemplar nuevas opciones laborales en otro lado, desde luego procura que esa renuncia sea después que consigas un nuevo trabajo y avises con tiempo que dejarás la empresa para que tengan tiempo de conseguir a otro empleado.
Posiblemente consideres que no aguantas más y que se merecen que les dejes el trabajo botado. Estás en tu derecho y se vale, no obstante, procura siempre que tú ética e imagen profesional se mantengan en alto nivel.
Solo recuerda que el valiente no es aquel que conquista toda una ciudad sino aquel que es capaz de dominarse así mismo.
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco