La esperada noche de estrellas de los tabasqueños pasó a considerarse por muchos de los espectadores de ese momento de gala como una noche estrellada, donde el factor “rumor” colisionó los ánimos, simpatías y camaradería del ramillete de embajadores hasta el punto de generar un cambio de actitud en la representante del municipio de Tacotalpa, que fue entendido por los televidentes y asistentes al magno evento como una muestra de soberbia, orgullo e incluso mal humor.
Dimes y diretes crecieron en redes sociales, cuando al día siguiente de la elección, esta embajadora, Pamela Castellanos, realiza un video donde expresa su sentir y procura aclarar una situación que desafortunadamente a esas alturas ya estaba fuera de su control y que sólo alimentaba al monstruo de la rumorología.
Los rumores en cualquier actividad, especialmente en la esfera pública son un mal que debe desarticularse con inteligencia, sagacidad y prontitud debido a que su saldo en daños es tanto o más destructivo que la bomba atómica, dejando relaciones humanas rotas e irreconciliables para toda la vida. En este caso particular tenemos a 17 chicas tomando partido, a dos de ellas con heridas emocionales, todas ellas tendrán que convivir portando una careta que oculte o al menos disimule su incomodidad.
Desde la óptica del comportamiento no verbal, en el caso de Pamela durante la noche de elección, encontramos diversos canales comunicativos que convergen en un mismo punto: la presencia de un estado emocional de malestar. Sus gestos, expresiones faciales, postura, paralenguaje nos revelan en diversos puntos de su discurso y en otros momentos como la elección de semifinalistas y finalistas una emoción de desprecio y enojo a un hecho particular. Su discurso lo realiza aparentemente como estaba planeado, siguió al pie de la letra cada una de las indicaciones que le hicieran durante los ensayos; sin embargo, mientras hay físicamente una Pamela que está cumpliendo con lo que se espera de ella, mentalmente está lidiando con emociones originadas momentos antes y que son tan fuertes que las externó a través de su comportamiento no verbal.
Su imagen física, es decir su cabello negro, cejas gruesas reforzaron en este caso particular de manera negativa la percepción del público, debido a que estas características físicas en cualquier mujer la dotan de una personalidad más fuerte, por ello siempre es recomendable que el cabello se ondule para suavizar la imagen que se emite, desafortunadamente el resto de los elementos comunicativos que estuvieron presentes en este caso, tuvieron mayor peso.
El mensaje emitido y la forma en que lo comunicó al día siguiente, mostraron a una chica afectada por la rumorología, se mostró vulnerable y desafortunadamente, esto únicamente incrementó los dimes y diretes de la gente ansiosa de más información. En estos casos el silencio es un antídoto efectivo contra el chisme, especialmente cuando no se tiene la asesoría de expertos en la materia.
Como admiradores de nuestras costumbres, debemos entender que en este evento particular todas son ganadoras sin excepción, ganan experiencia, amistades, momentos inolvidables, el honor de representar a su municipio, todas son únicas y poseen talentos y habilidades que las distinguen y que hace que verlas frente a miles de personas parezca tarea fácil pero no lo es. La única diferencia en la elección consiste en que hay 17 ganadoras y una sola obtiene la flor de oro.
Si en esta edición 2023 de la elección de la flor no pasó desapercibido el daño de los rumores y todo lo que conlleva; debemos de tener claro que su práctica en el ámbito laboral, social, entre otros muchos no es menos destructivo, destruye vidas, imagen, relaciones, etc.
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