Una loca

Cuando eres una mujer libre espantas. Cuando eres una mujer pensante, preparada, leída, con capacidad de análisis, criterio y pensamiento propio resulta que eres una bruja. Y si de casualidad te permites decir no a la propuesta indecorosa de un hombre, a seguir jugando a la sufrida, a aguantar violencia emocional o física, faltas al respeto o injurias, entonces definitivamente eres una loca. Sí una loca, porque como mujer, pues uno está para todo, Para ser siempre bonita y sonriente, para ser solícita a toda hora, esperar, ser romántica y emocional, cariñosa, atenta, servicial, de dulce carácter, maternal y por supuesto buena cocinera, ama de casa, y si es posible hasta costurera, porque para ser completa, no hay como saber bordar o tejer, cocinar riquísimo y ser una dulzura con los niños, eso definitivamente te catapulta en la luna como buena mujer.

Y ya sé que no estoy diciendo algo, que anteriormente otra mujer no haya hecho. Lo sorprendente es que estemos en 2020, que somos más de la mitad de la población de este planeta y seguimos siendo sometidas. Lo realmente preocupante es ver como las propias mujeres son las que alimentan esta posición y aplauden cuando a otra se le escrutiña y reprende sobre sus acciones en la búsqueda de la igualdad y la libertad. Y es que tenemos tanto poder, que hemos ayudado al patriarcado, a seguir en la posición de fortaleza. Y obvio en eta parte del texto saltará un integrante del patriarcado y aplaudirá señalando que nosotras somos las culpables de todo, y por lo tanto cien por ciento responsables. Obvio, ese integrante del patriarcado, tiene criterio cortito, y no entiende que no es que tengamos la culpa, sino que es el contexto pandémico en el que siempre hemos vivido, (porque el machismo es un virus también letal), el que ha contagiado y matado muchos espíritus, con ganas de cambio y libertad, por lo que muchas, les han seguido el cuento, porque no han encontrado otra salida, o simplemente porque no han tenido la oportunidad de tener una educación diferente que les amplíe la visión y les haga sentir que no es demasiado tarde para exigir un cambio.

Me resulta hasta aburrido. Que pretendamos hacer como que luchamos, que tengamos tanto miedo a un montón de patanes que lo único que demuestran al querer aminorar los talentos y fortalezas de una mujer, es su tan marcada inseguridad. Por eso les encanta llamarnos locas, claro, estás loca si no haces lo que ellos quieren, o si no entienden, que son infieles, mentirosos, irresponsables, pero sobre todo inmaduros y poco inteligentes, porque si no hay una pizca de madurez y tantita inteligencia, entonces no se puede deducir cuando no se actúa con poca integridad y cuando no se reconoce lo valiosa que es la mujer que tiene al lado. Cuando se es poco inteligente e inmaduro, un hombre no atiende a la que tiene y se dedica a buscar otras por “aburrimiento”. Cuando se es poco inteligente e inmaduro, no se acepta las responsabilidades dentro de una relación que empieza a entrar en crisis y lo más fácil es señalar y llamar loca a la cónyuge. Cuando un hombre es inmaduro y poco inteligente, busca a quién si esté dispuesto a aguantar sus niñerías y se preste a sus juegos, mientras trata de mantener todo “bajo control”, engañando por todos lados, para poder tener el “plato lleno”. Pero sí por si acaso se topa con una mujer que no se presta a su juego extra marital, fuera de su relación, entonces perteneces al grupo de las locas. Porque solo una loca lo rechazaría. Solo una loca, lo malentendería, porque cuando los hombres obtienen un rechazo, resulta que tú mujer, fuiste la que malentendiste su “valiosa” educación y caballerosidad, y pues como eres una loca, creíste que se estaba insinuando y como a él nadie lo rechaza, pues te regresa las palabras bajo ese supuesto y te aclara que estas obviamente: “loca”. Loca, bruja, lo que sea, pero jamás marioneta. Es importante aprender a decir no y autovalorarse ante cualquier figura masculina que quiera imponer algo que no es de nuestro agrado. Todas somos valiosas, todas tenemos diferentes cualidades, inquietudes y capacidades. Todas merecemos respeto a nuestras decisiones y deseos. Todas somos una si queremos.

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