Quizás algunos no la tengan en mente. Segura estoy, que todos los nacidos dentro de la generación “X”, que en los 90s, fuimos universitarios y mucho más jóvenes que ahora, la conocen. Se llama, “Que no te haga bobo, Jacobo”. Una rolita de Molotov, banda chilanga, creada en 1995, la cual llamó a su álbum debut “Dónde jugarán las niñas”, dentro del cual, viene esta canción que le menciono. Y la traigo a colación, por los hechos ocurridos en pasados días, donde el Señor (no sé ya si llamarlo periodista) Javier Alatorre, en su noticiero estelar, en una, de las dos cadenas televisoras con mas audiencia de este país, se atrevió a dar el mensaje más disparatado, criminal e insensato (por darle algunos calificativos, aunque quisiera darle otros, pero el respeto que usted me merece no me lo permite).
La canción entre tantas cosas dice:
“Le tiras a un lado, después al del otro Les haces la barba, eres un agachón Le vendes noticias al mejor postor Sabemos muy bien que eres un impostor”
Tenemos claro que a Javier por más que se le haya ocurrido, no tiene el poder completo sobre lo que pasa en su noticiero, él es solo un presentador, que sigue órdenes, obviamente tras recompensas. Sabemos también del lío que trae Salinas Pliego con el pago de impuestos al gobierno, y que todo esto se volvió un tremendo lío de patio, donde a final de cuentas y como siempre, los afectados somos nosotros, el pueblo. Y sí, si nos afecta por todos lados. En primera, que este señor se niegue y persiga la condonación de su deuda al SAT por más de 14 000 millones de pesos, deja en vergüenza al estado, y nos hace sentir terrible, porque así como usted y yo, exiten millones de mexicanos que cumplen como es debido para no tener problemas, porque por mucho menos de 14 000, hemos visto ir a la cárcel a otros. Segunda, este señor, se niega a cerrar sus empresas y mantiene a sus 70 mil empleados trabajando a pesar de la contingencia, exponiendolos a ellos, a sus familias y a sus clientes. Y tercera, mandar un mensaje de esta magnitud, a traves de un medio masivo, como lo es la televisión, de la boca de su conductor “estrella” que penetra a millones de hogares, es como haberle puesto en las manos a Javier una Uzi, para que disparara sin piedad. Repito, es una conducta criminal e infracción a la Ley Federal de Radio y Televisión, que en su Art. 101, fracción XIV dicta: “No se podrán transmitir noticias, mensajes o propaganda de cualquier clase, que sean contrarios a la seguridad del Estado o el orden público”. No es un chiste, ni un berrinche, y no debería quedar solo en pensar que fue una rabieta producida por el enojo del dueño del medio de comunicación, a la cual, hay que pasar por alto. No, no y no. Porque ese mensaje lo recibieron millones, que leen poco, que analizan menos y que se dejan llevar facilmente y que por desgracia, ahora tienen un pretexto para desacatar, y ponerse en peligro ellos y a todos los que estan a su rededor. Ahí esta la magnitud del problema, y solo por eso, esto es gravísimo. Sabemos que muchos ya no dependen de la televión para entretenerse y mucho menos para informarse. Pero esos muchos, aunque usted no lo vea, no son tantos. Porque la posibilidad de estar conectados a internet, siendo este el canal de información, no está siendo de igual uso en toda la población. Tenemos que ser cuidadosos, tenemos que hablar con los que pueden ser penetrados por este tipo de mensajes, así como por las tremendas fake news a las que día a día nos esponemos.
Nos faltan líderes políticos y sociales, pero también nos faltan verdaderos líderes de opinión. Estamos bien huerfános, y no nos queda de otra que actuar por nosotros mismos. De rascar incansablemente para encontrar información sana, correcta, objetiva. No lo tomemos a la ligera. Que esto sea el parteaguas para nuestro comportamiendo como público. Lea, informese como es debido, ayude al prójimo a entender. Tome las mejores decisiones para usted y su familia, no se deje llevar, pero sobre todo, mantenga la calma.
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco