El feminicidio por identidad de género o transfeminicidios son los asesinatos de mujeres trans, cometido con un agravante de odio por el siempre hecho de ser mujer trans.
A primera hora del pasado 18 de enero, transeúntes del Puerto de Veracruz, en la zona de mercados, encontraron el cuerpo de Denisse. Una mujer trans que fue encontrada con multiples golpes e inconsciente. La trasladaron al Hospital Regional de esta misma ciudad, pero ya no pudieron hacer mucho por ella, falleció. Denisse tenía 35 años y era originaria de Puebla. Se encontraba en el Puerto, pues trabajaba aquí dando servicio sexual. De acuerdo a testigos se le vió discutiendo con dos hombres durante la madrugada, quienes comenzaron a golpearla, dejandola herida en el suelo y huyendo del acto.
Para muchos pueda parecerles una noticia más de las muchas que nos toca leer en el periódico diario. Pues no podemos negar que la situación que los seres humanos que pertenecía la comunicada LGTBQ+ se vuelve distante, estigmatizada y llena estereotipos sociales que en pleno siglo XXI no han logrado quebrarse. Y no ha faltado en redes sociales donde también circuló la nota, quien opinó que “lo merecía” o que no “podía terminar de otra manera” y es entonces el discurso de odio que no cesa, que no empatiza y que no se responsabiliza de quienes pueden manifestar opciones de vida diferentes. Y la palabra inclusividad sigue quedando grande. Porque nos faltan años luz de distancias para comprender que todos somos distintos, y no tenemos que entrar en una orma que la religión o la sociedad nos marque, solo, para seguir la corriente de la normalidad. ¿Se ha detenido a pensar que pasaría si usted fuera el papá o la mamá de Denisee? O mejor aún Denisse misma. Poniendose en los zapatos de alguien que por el hecho de defender su derecho a manifestar posiciones o preferencias que los cataloguen como diferente no puedan desarrollarse del todo dentro de esta sociedad cuadrada, en la que si no te apegas a lo establecido estas perdido.
Las personas Transgénero viven tan a la sombra que no existe una estadística oficial sobre los hechos de violencia de los que son objeto, pero quienes si llegan registro como la organización civil Letra S, se sabe que se han registrado por lo menos 78 transfeminicidios en 2022 y que en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012 – 2018) el número fue de 261, y que la cifra va a la alza. México es el segundo país (después de Brasil) con mayor índice en este tipo de delito.
Pese a ello, las personas Trans siguen en la lucha, hemos visto surgir figuras como la de Kenya Cuevas de 45 años, mujer Trans que se volvió viral al exigir justicia para el asesinato de su compañera Paola Buenrostro (ambas trabajadoras sexuales) y que a partir de ese momento se colocó en el ojo del huracán y gracias a esto ha podido conformar La Casa de las muñecas Tiresias -nombre del adivino que en la mitología griega podía ser hombre o mujer- asociación civil, que ayuda, registra y lucha por los derechos de estas personas, que son parte de la sociedad pero en una posición de gran vulnerabilidad. El caso de Paola, si no hubiera sido por la voz de Kenya no hubiese llegado ni ha estadística, pues aunque atraparon a su asesino en el lugar de los hechos, lo dejaron en libertad en menos de 24 horas sin cargos. Lo mismo pasó en le caso de Itzayana López Hernández de 21 años, quien fue estrangulada por su novio, el cual encontraron pidiendole perdón cuando lo arrestaron y al que también dejaron en libertad en menos de 48 horas. Hay mucho que trabajar en el tema, pero el primer recurso que se tiene es exponerlo para lograr sensibilizarlo en la población, esa, que se quiere seguir tapando los ojos y que no puede seguirlo haciendo si es que se quiere llamar humana.
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