51 mueren por asfixia en tráiler localizado junto a las vías del tren en la periferia sur de San Antonio, Texas. Entre ellos 27 mexicanos, 7 guatemaltecos y 2 hondureños. 39 hombres y 12 mujeres. Todos indocumentados. Me saltan las preguntas en mi cabeza: ¿qué tan decepcionado y desilusionado puede estar una persona de su país, de su gobierno, de las pocas oportunidades? ¿qué desesperado puede estar alguien para pagarle a un “pollero” más de 6 mil dólares para exponerse a un viaje inhumano con tal de cruzar una frontera en la búsqueda de un trabajo digno, de una oportunidad de cambiar su calidad de vida? No puedo concebir el tremendo sufrimiento de estos seres humanos dentro de esta caja de tráiler, sin ventilación, agua ni aire acondicionado, siendo transportados sin un gramo de humanidad, bajo una temperatura que pudo alcanzar hasta los 150 grados Fahrenheit (65 grados centígrados), semi calcinados. Hay tres personas arrestadas.
Ahora claro, todos se avientan “la bolita” salen a dar declaraciones y a repartir pésames como si sirviera de algo. La realidad es que los traficantes y los cárteles que lucran con el sufrimiento humano deben rendir cuentas, sí, pero también todos aquellos políticos que no logran “ponerse de acuerdo”, porque todo esto es solo el resultado de las leyes migratorias rotas y disfuncionales que no ofrecen la posibilidad de una migración humana, segura y legal.
Se habla de 16 sobrevivientes, 12 adultos y 4 menores, en estado crítico, con fallas neurológicas, hepáticas, renales y hemorragias internas. Se califica ese suceso ocurrido el pasado 27 de junio, como la mayor tragedia migratoria que se recuerde en suelo estadounidense, ante la pasada volcadura ocurrida en diciembre de 2021 donde murieron 57 migrantes que viajaban escondidos en un camión con placas del estado de Chiapas.
Esta tragedia se da un mes después que EEUU registra los índices mas altos de migración, sumando 239,000 entradas ilegales al país, y aunque la Casa Blanca asegura que ha detenido más de 2400 personas, involucradas en este tráfico de personas, la realidad es que esto es cuento de nunca acabar.
¿Hasta cuándo se fajarán los pantalones los gobiernos involucrados? ¿Hasta cuándo entenderán que esto no es cosa de muros y tratados? Esto es cosa de dejar los discursos y volcarse en las acciones. De ofrecer al pueblo oportunidades, empleo, educación, seguridad: una vida digna. Se trata de que la gente sienta que no tiene necesidad de moverse porque lo tiene todo en su tierra. O acaso nuestros políticos creen que dejar todo de lado y aventurarse por el “sueño americano” se trata de eso, de ir a perseguir una historia hollywoodense. No señores esto se trata de hambre y pobreza, en donde la mayoría solo quiere poder ganarse la vida y obtener lo suficiente para ayudar a los suyos.
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