Apostemos por una nueva normalidad educativa

Cuando veo el video de la conferencia ofrecida por nuestro Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 6 de Agosto, en Baja California Sur, diciendo que es “súper esencial” que los niños regresen de forma presencial a la escuela y que no pueden seguir dependiendo del “Nintendo” (así lo dijo literal) para aprender y que el es súper respetuoso ante el tema, creo con todo mi respeto también, que al hacer este tipo de declaraciones tan “ligeras” nos deja a los profesores en una posición bastante errada y distorsionada ante la sociedad y se está demeritando el gran trabajo que hemos estado realizando durante los pasados 17 meses, ante una emergencia sanitaria que nos agarró por sorpresa y a mucho por desgracia, también ante una emergencia de capacitación y conocimiento, que en la mayoría de los casos, con mucho valor, entrega y vocación fue solventada, por que si de algo no me cabe duda es que, son más lo que se han entregado en cuerpo y alma a tratar de sostener los ciclos escolares y menos los que se han rezagado y tirado a llorar por las esquinas esperando soluciones facilistas.

Es verdad que debemos aplaudir la resiliencia de nuestros alumnos que también se han mantenido con mucho valor ante los hechos y no han dejado de estar al pie de cañón, aguantando y adaptándose.

Pero debe quedar muy claro que ni los alumnos ni los maestros nos la hemos pasado dependiendo del Nintendo (me queda muy claro que el Señor presidente no ha querido abrirse y asesorarse a entender lo que es el e-learning, quizá porque es muy aspiracionista), pero sería muy bueno hacerle llegar el cúmulo de evidencias en fotos y videos, planeaciones hechas y re hechas, las horas de capacitación de los docentes, que tuvieron que sumergirse en tecnología distante y no muchas veces por falta de ganas, sino porque por desgracia los medios con los que trabajan son tan escasos que hay que seguirle con lo que se tenga. Hemos pasado noches enteras buscando plataformas, creando materiales, con dedicación, poniendo de nuestra bolsa la computadora, el teléfono, el wifi, la luz, los espacios necesarios para acondicionar planos para proyectarnos y grabarnos para que los alumnos reciban lo mejor. Creando aula con horarios interminables, volviéndonos asesores en horarios sin hora de salida, atendiendo miles de whatsapp de padres y alumnos, dando atención personalizada en altas hora de la noche. No hemos estado jugando con el Nintendo ni poniendo a nuestros alumnos a hacerlo, no, y en todo caso si se crean ambientes lúdicos, se llama Gamificación Andrés, y es una estrategia de enseñanza, con objetivos claros y científicamente comprobada. Más que aventar palabras a lo loco, y luego escudarnos con que, pues hablamos como el pueblo y de forma sencilla hay que fijarnos, porque nos hemos ganado millones de aplausos e incentivos que es la hora que no llegan, porque seguimos en la incertidumbre y con el miedo, buscando las formas y al pie de la batalla.

Es tan difícil entender que la vida cambió, que tenemos que ir para adelante, que lo que es urgente es concebir la currícula escolar desde otro plano. Que nadie rechaza la idea y lo fundamental y enriquecedor de la interacción pero que tenemos que ser realistas, las escuelas no están preparadas, los recursos son urgentes y no de forma raquítica. Urge una nueva normalidad escolar. Apostemos por una nueva normalidad educativa, sin miedo. Sabemos que somos entes sociales y que el contacto y el compartir es fundamental, pero debemos abrirnos a nuevas formas. Urge que se plantee un plan al respecto, pero aterrizado a la realidad. Urge que se pongan en nuestro lugar como docentes que van a conducir grupos de más de 40 personas (en la mayoría de los casos) a las que hay que concientizar y además (a 80 más, pensando que también dentro de la oferta hay que considerar a los papás).

Y ahí estamos los docentes sin “rajarnos” (digo, me permito soltar el término, ya ve que pues hay que hablar coloquialmente y como el pueblo) con la voluntad de seguir al pie de cañón. Pero por favor con respeto y reconocimiento, porque esta contingencia la estamos cargando entre todos. Yo le suplico con todo mi respeto al señor Presidente que se deje asesorar en temas de educación y en todo… nunca está de más dejarnos ayudar.

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