La estancia del siempre bien recordado Humberto Tapia Córdoba al frente de sus Ganaderos de Tabasco, no solo significó un periodo de grandes contrataciones en la franquicia para deleite de la afición, etapa durante la cual también se logró disfrutar del primer "Juego de Estrellas" en el original "Centenario".
La segunda mitad de los 80´s, representó también, el poder plasmar en el terreno de juego, uno de los grandes sueños y proyectos de un visionario como lo fue Beto "Bolavista" Tapia, quien siempre confió en la capacidad del pelotero nativo de Tabasco, logrando durante la campaña de 1988, de que un total de ocho peloteros "pochitoques", es decir, nacidos en algún rincón de la entidad, pudieran debutar o jugar con los Ganaderos.
En dicho roster también se encontraba activo Félix Zulueta, obtenido de los Ángeles Negros de Puebla, y quien, a pesar de haber nacido en la capital chiapaneca, siempre ha estado ligado afectivamente a Tabasco, sitio en donde su familia se asentó desde hace muchos años.
Los tiempos han cambiado en el beisbol de nuestros tiempos y el anhelo de desarrollar a la mayor cantidad de peloteros locales, hoy día es prácticamente imposible por la apertura a la gran cantidad de jugadores no nacidos en territorio nacional.
Tapia Córdoba fue el último propietario-presidente que arriesgo su capital financiero durante cinco campañas, en una etapa de incertidumbre en donde se llegó a mencionar la posible venta de la franquicia a otra sede de la LMB, hasta que un grupo liderado por Carlos Elías Dagdug y Diego Rosique Palavicini, contando con el respaldo del nuevo gobierno del estado de Salvador Neme Castillo, le dieron forma a los Olmecas, al oficializar la adquisición de los Ganaderos en la Convención de Saltillo en septiembre de 1989.
De manera previa, durante la temporada de 1987, junto a un grupo de entusiastas directivos de la zona sur, "Bolavista" promovió la creación de una liga de desarrollo para talentosos novatos que se abrían paso dentro del circuito veraniego. De esta forma, Yucatán, Campeche, además del Ayuntamiento de Chetumal, cristalizaron junto a los Ganaderos, un circuito de otoño-invierno durante 1987.
El cubano-tabasqueño Mario Salazar enfiló a los "Ganaderitos" al título sobre los "Leoncitos" de Yucatán, en una serie que se trasladó hasta Chetumal, debido al desinterés del publico tabasqueño.
De esta histórica camada, en verdad fueron pocos los jugadores tabasqueños que no pudieron alcanzar la Liga Mexicana, debido circunstancias ajenas a la falta de capacidad y talento.
A lo largo de la temporada de 1988, campaña en donde desfilaron un total de cinco timoneles: Francisco "Paco" Chávez, Arturo "Chapo" Rubio, Miguel "Pilo" Gaspar, Javier "Vitaminas" Espinoza y Miguel Solís, ocho destacados jugadores oriundos debutaron en el circuito mexicano más antiguo del país, gracias al impulso de Beto Tapia y de Johnny García Gil como gerente general; de esta forma los brazos como Juan José Romero, Daniel "Tamalito" Arias y el zurdo Víctor "Tiburón" Martínez, enfrentaron a los sólidos bateadores de la época.
En lo que refiere a jugadores de posición, tomaron la alternativa Francisco ¨Paco" Rodríguez, Jaime Huizar, Alipio Bocanegra Zurita, Rubén "Mojarra" Álvarez, mientras que Sergio Trinidad Ulín, ya había debutado en 1985 con los Cafeteros de Córdoba.
A pesar de que la liga solo registró una edición, los dividendos fueron de gran alcance, ya que también para Yucatán y Campeche hubo resultados significativos; el derecho Andrés Cruz, el campo corto Gabriel "Diablito" Magaña, el jardinero Sergio Rubio y el tabasqueño Arthie Burnett, también alcanzaron el máximo circuito, considerando que Burnett logro hacerlo con los Olmecas años más tarde, mientras que por los Piratas, Roque "Pulpo" Sánchez defendió los colores de su tierra natal por varias campañas.
Conformaron también aquella gran rotación de lanzadores Urbano Leal Reyes, Ramón Merodio, Enrique Herrera, Fady Escalante y Fernay Estrada, además del torpedero Francisco Arias y Daniel "Lagarto" Calderón y Lucio Ramón, ambos receptores.
Enrique Herrera, quien de manera reciente acaba de ser alcanzado por Fernando Salas como máximo cerrador de la franquicia, debuto con los Ganaderos en 1989, mientras que Ramón Merodio, espero graduarse para debutar con Yucatán en 1992.
DE ANGELES NEGROS A CHARROS NEGROS DE JALISCO.
Poco duro el gusto a los aficionados de Puebla para disfrutar aquel histórico campeonato de 1986 con toda una gran constelación, dado que para 1988, los Ángeles Negros se mudaron para la perla tapatía para darle vida una vez más a los Charros de Jalisco, esta vez comandados por el cubano Carlos Paz.
Con la campaña agonizando, ya con el chiapaneco Miguel Solís como piloto-jugador en aquel 88, se tiene memoria de que los Ganaderos, por iniciativa de "Bolavista" Tapia, alinearon a todos sus jugadores "pochitoques", con mucho que ganar y nada que perder para darle "fogueo" a la sangre nueva de la organización.
El Estadio Tecnológico de la Universidad de Guadalajara, el cual se ubicaba en la Calzada Revolución, fue testigo de aquel singular encuentro en donde prácticamente todos eran tabasqueños dentro del line up ante los tapatíos con figuras como Dave Stockstill, Willie Mays Aikens, Orlando Sánchez, Marco Antonio Romero, Guillermo "Tiburón" Rodríguez, Jesús "Chuchín" González y Mario Mendoza, prácticamente la base de los monarcas del 86 en Puebla, contando con brazos de la categoría de Germán Jiménez, Jaime Orozco y Álvaro Soto, entre otros.
De esta forma, Paco Rodríguez jugó primera base, Jaime Huizar la intermedia, el "huasteco", Sergio Trinidad Ulín como campo corto, mientras que Alipio Bocanegra, defendió la antesala. En los jardines, Rubén "Mojarra" Álvarez en el central, Félix Zulueta estuvo en la pradera derecha. La memoria colectiva afirmaba que Lázaro Tiquet había estado en el bosque izquierdo, pero el registro del debut del cardenense se da hasta 1989 junto con Enrique Herrera. Un año más tarde, con una sensacional campaña en 1990, ya como Olmecas, Tiquet batea un formidable .301 con 139 hits y 41 remolcadas para compartir el nombramiento de "Novato del Año". Fue entonces el también novato sonorense Roberto Estrada, quien debutaba en esa temporada, defendió el jardín izquierdo, mientras que el veterano, Demetrio Ruiz, veracruzano avecindado desde hace muchos años en Tabasco fue el encargado catcher por Ganaderos, recibiendo los envíos de los serpentineros Juan José Romero, Daniel Arias y del zurdo Víctor Martínez, quienes trabajaron bajo el esquema del "Sistema Peralta" para pasar a la historia como el partido de LMB, donde más talento tabasqueño ha participado, gracias a la pasión y dedicación de un tabasqueño de tiempo completo, como lo fue Don Beto "Bolavista" Tapia. Un día más. un día menos!
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