viernes 28 julio 2023 7:40 AM
Redactor : María José Pola Tellechea
Al menos 15 religiosos mexicanos, incluyendo obispos y arzobispos, han sido acusados de presuntos actos de pederastia en distintas ciudades de México, entre ellas Piedras Negras, Coahuila, Culiacán, Sinaloa, Acapulco, León, e Irapuato, Guanajuato. Además, las congregaciones religiosas correspondientes también han sido señaladas por presuntamente encubrir estos abusos.
Las organizaciones Bishop Accountability y Spes Viva han emitido un llamado urgente a las autoridades civiles y al papa Francisco para que se lleve a cabo una investigación exhaustiva sobre los casos de encubrimiento. Asimismo, exigen que aquellos que hayan encubierto estos actos sean entregados a la justicia y que se tomen medidas para expulsar a los jerarcas católicos cómplices de estos crímenes.
Según una investigación realizada por estas organizaciones, más de 10 obispos, arzobispos y superiores religiosos habrían encubierto abusos sexuales perpetrados por diversos sacerdotes. Entre ellos, se encuentran algunos nombres destacados:
Alonso Gerardo Garza Treviño, obispo de Piedras Negras, quien habría intentado silenciar a dos víctimas del sacerdote Juan Manuel Riojas Martínez, conocido como "Padre Meño", quien enfrenta acusaciones criminales.
Jonás Guerrero Corona, obispo de Culiacán, quien como obispo auxiliar, habría mantenido en el ministerio al sacerdote pedófilo en serie Carlos López Valdés a pesar de tener evidencias de que abusaba de niños y producía pornografía infantil.
Enrique Díaz Díaz, obispo de Irapuato, a quien se le atribuye presionar a una víctima para que no presentara una denuncia penal contra el sacerdote que la habría violado en 2020. Además, se le acusa de encubrir a al menos otros dos abusadores.
Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo Emérito de San Luis Potosí, señalado por encubrir los crímenes de Eduardo Córdova Bautista.
José Luis Chávez Botello, arzobispo Emérito de Antequera-Oaxaca, señalado por ser cómplice en el caso del pederasta Gerardo Silvestre Hernández, quien ahora se encuentra encarcelado. Como sacerdote de la arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, Silvestre habría abusado sexualmente de más de 100 niños en siete parroquias diferentes.
José Martín Rábago, arzobispo Emérito de León, está acusado de proteger al sacerdote abusador José Luis de María y Campos López.
Fabio Martínez Castilla, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, acusado de no adoptar medidas disciplinarias contra la fundadora y exsuperiora general de una comunidad religiosa femenina que presuntamente permitió los abusos sexuales a mujeres jóvenes por parte del sacerdote Salvador Valadez Fuentes, quien fuera expulsado del sacerdocio.
Felipe Aguirre Franco, arzobispo Emérito de Acapulco, acusado de encubrir los actos de acoso y los abusos del padre Salvador Valadez Fuentes, con quien fundó la congregación de las Discípulas de Jesús Buen Pastor.
Silvia López Pérez, fundadora y ex-Superiora General de las Discípulas de Jesús Buen Pastor, quien habría permitido -a sabiendas del exsacerdote Salvador Valadez Fuentes- abusos sexuales durante décadas.
Luis Morales Reyes, arzobispo Emérito de San Luis Potosí, quien encubrió los crímenes de Eduardo Córdova Bautista.
Cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo Emérito de la Arquidiócesis Primada de México. Cuando el obispo José Luis Fletes Santana fue acusado de abusos sexuales a menores en 2003, el cardenal Rivera supuestamente utilizó su influencia dentro del Gobierno para protegerlo de las acusaciones y silenciar a la víctima con un acuerdo extrajudicial. También está acusado de encubrimiento en los casos de sacerdotes abusadores Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, y Nicolas Aguilar-Rivera.
Gerardo de Jesús Rojas López, obispo de Tabasco. Después de enterarse del presunto abuso del padre Carlos Francisco Alejo Oramas en Tabasco, el obispo Rojas lo transfirió a otra diócesis, donde supuestamente volvió a abusar.
Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo Emérito de Guadalajara, es aacusado de utilizar su influencia para conseguir que la pena de prisión del padre Heladio Ávila se redujera de 15 a 3 años.
José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, quien supuestamente tenía conocimiento previo de las agresiones sexuales perpetradas por el Padre Aristeo Baca hacia una menor y, a pesar de ello, permitió que el sacerdote siguiera ejerciendo el ministerio sacerdotal hasta el día de su detención en febrero de 2019.
Javier Navarro Rodríguez, obispo de Zamora. En 2004, cuando el padre Rafael Córdova Esparza, de la diócesis de San Juan de los Lagos, fue detenido por violar a un niño de 11 años con síndrome de Down, su obispo en ese momento, Javier Navarro Rodríguez, desestimó inmediatamente la acusación, calificándola de falsa.
Fuente: Milenio, AN/Mjpt/Foto: Internet
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