¿Tratando de engañar al cerebro o al hambre? Edulcorantes artificiales pueden hacer que sientas más hambre 

Los edulcorantes, también conocidos como sustitutos del azúcar, son sustancias que se utilizan para endulzar alimentos y bebidas, proporcionando un sabor dulce sin las calorías del azúcar. Estos edulcorantes pueden llegar a engañar el cerebro y hacen que se sienta más hambre.

Aunque se consuman “dulces sin calorías” que prometen saciar el antojo u hambre, muy en el fondo del sistema nervioso ocurre una confusión para el cerebro y por esto mismo responde pidiendo más de estas “recompensas”.

Un estudio publicado por Nature Metabolism revela que algunos edulcorantes no solo no ayudan a reducir la ingesta calórica, sino que pueden intensificarla al alterar la percepción del sabor y la señalización del apetito en el cerebro. Esta investigación analizó el impacto de la sucralosa y reveló que si consumo triplica la sensación de hambre en comparación con el azúcar.

Más allá del efecto neurológico, los edulcorantes también interactúan con el sistema digestivo. Investigaciones señalan que la sucralosa altera la producción de insulina y glucosa, lo que puede amplificar las señales de hambre. Esto el cuerpo lo interpreta como una carencia energética, provocando la necesidad de compensar comiendo más.

Los riesgos de los edulcorantes en la regulación del hambre son una paradoja; son productos diseñados para reducir el consumo calórico que podría estar provocando un efecto contrario. Algunos expertos advierten que el consumo frecuente de estos sustitutos del azúcar podría alterar el microbioma intestinal, un actor clave en la producción de hormonas como la grelina y la leptina, que regulan el hambre y la saciedad.

Fuente: Salud180/ MAG/ Foto: Pexels