No importa qué tipo de crédito tengas, ni por qué monto, ni cuándo lo hayas obtenido. Revisar a detalle tus estados de cuenta es un hábito saludable que no debemos dejar de pasar.
Los estados de cuenta vienen en una gran variedad de formatos, por lo que su análisis puede llegar a ser un poco intimidante o complicado. Para ayudarte, fíjate y conoce estas partes:
- Fecha límite de pago: Es la fecha en la que a más tardar deberás de realizar el pago mínimo de tu adeudo.
- Pago mínimo: Importante para tu presupuesto; este el monto mínimo a pagar para que tu cuenta esté al corriente, evitando que se genere un aviso de atraso de pago en tu historial en Buró de Crédito.
- Pago para no generar intereses: Es el importe que necesitas pagar para que no te cobren intereses sobre tu adeudo.
- Fecha de corte: Es el último día del periodo en cuestión, hasta donde se registraron operaciones en tu cuenta. Supongamos que tu fecha de corte es el día 20 de cada mes, y realizaste una compra el día 21; ese cargo se incluirá en tu estado de cuenta del próximo mes.
- Límite de crédito: Es la cantidad máxima por la que puedes realizar consumos con tu tarjeta.
- Saldo: Importante para tu presupuesto, este es el monto total que adeudas.
- Promociones: Aquí aparecen las compras que realizaste a meses sin intereses.
Conserva tus comprobantes de gastos (conocidos como “vouchers”) y depósitos, así podrás cotejarlos contra lo que refleja tu estado de cuenta. En caso de que no reconozcas un cargo, llama de inmediato a tu institución financiera (las tarjetas tienen el número telefónico impreso en la parte de atrás) e ingresa una reclamación, no importando si el monto es chico o grande. Algunos defraudadores hacen compras pequeñas con la intención de que no te des cuenta.
Ten presente que el marco legal establece que dispones de 90 días, a partir de la fecha de corte, para presentar la reclamación a la entidad que emitió tu estado de cuenta.
Antes de hacer la llamada, si ves alguna denominación o nombre de un establecimiento que no reconoces, verifícalo contra las razones sociales que aparecen en tus “vouchers” porque no siempre coinciden con los nombres comerciales de las tiendas.
Al momento de realizar tu reclamación, apunta quién te atendió, la hora, el folio y la fecha máxima para recibir una resolución. Ten en cuenta que si la reclamación no sale a tu favor probablemente tendrás que pagar gastos de investigación; pregunta.
Si no estás contento con el resultado, siempre puedes pedir una segunda revisión ante la Unidad Especializada de Atención a Clientes de esa misma institución. Una vez agotadas estas instancias puedes también acudir a organismos de defensa de los consumidores. Si el crédito es con una empresa financiera (bancos, sofoles, microfinancieras, etcétera) puedes acudir a la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros. Si el crédito es con una empresa del sector comercial puedes acudir a la Procuraduría Federal del Consumidor, o si el crédito es fiscal puedes ir a la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente.
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