Hablar de inclusión financiera no es solamente referirse a números, cuentas bancarias o créditos otorgados. Se trata, de abrir puertas al desarrollo, de generar igualdad de oportunidades y de construir un país más justo y competitivo. Este ha sido, desde su origen, el compromiso de la Unión de Instituciones Financieras Mexicanas (UNIFIMEX), y lo reafirmamos recientemente en la tercera sesión ordinaria 2025 de nuestro Consejo.
La fuerza de UNIFIMEX radica en la unión entusiasta de instituciones diversas, todas con un mismo propósito: ampliar el acceso a los servicios financieros para que más familias, comunidades y empresas puedan transformar su realidad. Nuestro país enfrenta todavía grandes brechas; millones de personas carecen de acceso a créditos, seguros o instrumentos de ahorro que les permitan enfrentar emergencias, invertir en un negocio o planear su futuro. En ese contexto, la inclusión financiera es una palanca indispensable para el desarrollo social.
En esta última reunión, refrendamos que la inclusión seguirá siendo nuestra prioridad. No se trata de un discurso, sino de generar productos y servicios que sean asequibles, seguros y adaptados a las necesidades de cada segmento de la población, especialmente de aquéllos más rezagados. Para ello, nos hemos propuesto ampliar nuestra infraestructura en regiones donde las oportunidades son menores, llevando el sistema financiero a comunidades y sectores que hoy permanecen excluidos del desarrollo.
Nuestra visión de inclusión está anclada en tres ejes. El primero es impulsar el desarrollo económico mediante el crédito productivo, la inversión responsable y el fomento del ahorro. Una economía sana requiere que más mexicanos tengan acceso a financiamiento para emprender o para crecer; por eso, el crédito no debe ser visto como un privilegio, sino como un derecho que detona crecimiento sostenible.
El segundo eje se refiere al impacto social positivo. Estamos convencidos que no basta con otorgar financiamiento; es necesario acompañar a las personas y a las empresas con programas de educación financiera y apoyo a proyectos productivos. Un emprendedor con conocimiento sobre cómo administrar su crédito o una familia que comprende la importancia del ahorro adquieren herramientas que fortalecen la movilidad social y reducen desigualdades.
El tercer eje es la colaboración y visión de futuro. Hoy, el sector financiero debe ser resiliente, innovador y trabajar de la mano con autoridades, agencias internacionales y actores clave. Recientemente, sostuvimos reuniones con el Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN) y con el Internal Revenue Service (IRS) de Estados Unidos, a fin de compartir mejores prácticas y realizar entrenamientos conjuntos. Este tipo de cooperación fortalece a nuestras instituciones y también la confianza en el sistema financiero mexicano.
El impacto es profundo: cuando una persona en una comunidad rural obtiene acceso a un crédito justo, puede iniciar un pequeño negocio que dará empleo a otros; cuando una familia aprende a ahorrar, genera estabilidad para el futuro de sus hijos; cuando una pyme encuentra financiamiento, incrementa su productividad y contribuye al crecimiento económico del país. Eso es inclusión financiera: un círculo virtuoso que beneficia a todos.
En UNIFIMEX sabemos que todavía queda mucho por hacer. El reto es grande, pero la determinación lo es aún más. Queremos un sistema financiero moderno, inclusivo y solidario que esté al servicio de la gente, no al revés. Porque detrás de cada cifra está la historia de un mexicano, y detrás de cada historia, la posibilidad de un nación más incluyente y próspera.
@PerezSoraya
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