A pesar de que hay legislación aprobada y diversas iniciativas del sector privado que promueven la participación de las mujeres en la vida económica del país, siguen persistiendo considerables brechas de género. En México, la participación de las mujeres con empleos pagados es de 46% mientras que la de los hombres es 77%. Entre 2005 y 2023 aumentó 5%, sin embargo, a este ritmo nos tomará 119 años alcanzarlos.
El emprendimiento femenino podría ser una palanca que permita disminuir estas diferencias, sin embargo, la Radiografía del Emprendimiento en México 2023 que elabora la Asociación de Emprendedores (ASEM) encabezada por Juana Ramírez, reconocida empresaria experta del ambiente empresarial, muestra que la principal motivación de las mujeres para emprender es la falta de recursos económicos, más de 35% de éstas afirman que abrieron su empresa ante la falta de empleo, la necesidad de generar ingresos y aumentar su entrada de dinero.
Además, la falta de financiamiento a mujeres es dramática, sólo 13% de las mipymes fundadas por mujeres han obtenido algún tipo de financiamiento, muy por debajo del promedio nacional de 43%. Y los fondos públicos que existen no nos apoyan, pues sólo 21% del monto toal del crédito al sector privado provisto por NAFIN en 2021 estaba distribuido entre empresas fundadas por mujeres.
La misma ASEM presentó una serie de iniciativas sumamente importantes que permitirían dinamizar los emprendimientos de mujeres y en consecuencia, reactivar el crecimiento económico, como destinar la mitad de los fondos públicos de NAFIN dedicados al financiamiento a mujeres y aumentar los fondos previstos para su capitacación empresarial. Con más acceso al crédito y mejores competencias financieras, la historia del emprendimiento femenino sería diferente.
En el sector de alto impacto la presencia de mujeres es practicamente nula. Hay 20 veces más empresas de informática y tecnología fundadas exclusivamente por hombres y 70% de éstas son propiedad de hombres. Por eso es urgente que la Secretaría de Economía organice foros de inversión especializada y que Hacienda implemente incentivos fiscales que permitan atraer capital y fomentar encadamientos productivos para mujeres emprendedoras en actividades de base científica y tecnológica.
Casi 40% de las mujeres fundadoras de empresas considera que la falta de educación o prepraración empresarial es un obstáculo para emprender en México. Por eso es elemental la creación de una red de mentorías, alianzas público-privadas con organizaciones especializadas y más instituciones financieras comprometidas en estos objetivos para que mediante algún tipo de aplicativo se pueda darles acompañamiento.
Otra mala noticia es que la participación de las mujeres, que de por sí es muy baja, se reduce más cuando el nivel jerárquico aumenta. En un estudio que se realizó a 200 de las más importantes compañías en México, se obtuvo que la presencia de mujeres en los consejos de administración sólo representa 13%, diecisiete por ciento menos que el promedio de la OCDE. Las mujeres sólo encabezan 4% de estas empresas, 25% de sus departamentos legales y 11% las direcciones de finanzas.
En el marco del Día Internacional de la Mujer que se conmemora este sábado, se debe enfatizar aún más que invertir en políticas que promuevan el progreso económico de las mujeres permite avanzar en los derechos humanos de éstas y también en sociedades más justas e inclusivas. Todos los sectores productivos tienen la capacidad de contribuir y debemos estarlo haciendo para que juntos podamos disfrutar de una verdadera prosperidad compartida.
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