El Premio Nobel de Economía de este año fue otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson; justamente en estos convulsionados tiempos en México resulta irónico que la razón del galardón hayan sido los estudios realizados que demuestran como el estado de derecho contribuye a la prosperidad de las naciones.
La raíz del descontento de la mayoría de los ciudadanos en los países en desarrollo se encuentra en su pobreza. Por tanto, la teoría de los premios nobel es que los países son pobres porque han sido gobernados por una reducida élite que ha organizado la sociedad en beneficio propio a costa de la mayor parte de la población. El poder político en estas naciones fallidas se concentra en muy pocas manos y se utiliza para crear una gran riqueza para quienes lo ostentan.
¿Les resulta conocida esa historia? El problema actual en México es que tenemos una nueva élite política, que lejos de fortalecer las instituciones económicas que creen los incentivos adecuados para invertir, las retribuciones justas a quien trabaja duro e igualdad de oportunidades, sencillamente se están acomodando en el poder para asegurar la permanencia de una ideología que está poniendo en jaque a nuestro, ya de por sí, endeble estado de derecho.
Estados Unidos, Gran Bretaña y los países desarrollados de Europa se hicieron ricos porque sus ciudadanos derrocaron a las élites que controlaban el poder y crearon una sociedad en la que los derechos políticos están mucho mejor repartidos; en donde el gobierno debe rendir cuentas y responder a los ciudadanos; y con una gran mayoría de la población que puede aprovechar las oportunidades económicas para su prosperidad. Este debe ser el modelo de país para los mexicanos.
Para lograrlo es prioritario tener derechos políticos, pero éstos no sólo deben servir para cambiar a las élites del poder político cada determinado tiempo, deben ser utilizados por el pueblo para ampliar sus oportunidades económicas.
Así podemos concluir fácilmente por qué Nogales, Sonora y Nogales, Arizona, una comunidad que comparten territorio, clima y cultura, separados por una frontera política, mantienen una calidad de vida tan diferente. Porque en Estados Unidos los ciudadanos pueden crear empresas con facilidad sin enfrentarse a obstáculos infranqueables; porque hay el financiamiento suficiente para que sus proyectos sean factibles, porque el mercado laboral permite contratar personal calificado, porque la competencia estimula la calidad y la innovación, porque no se tienen que preocupar por la seguridad de su propiedad; y muchas más; pero en resumen, porque sus instituciones políticas garantizan la estabilidad y el estado de derecho.
México es un país grande, todavía joven, diverso y con recursos naturales. Somos el décimo más poblado y el 15º con mayor territorio, nuestro idioma es el tercero más hablado del mundo; tenemos más de 11 000 km de litoral (14ª en el mundo), con acceso al Mar Caribe, Océano Pacífico y al Océano Atlántico. Pero en lugar de potenciar estos enormes habilitadores para el crecimiento, nuestra población cada vez es más pobre y dependiente de las dádivas del gobierno.
En nuestras manos, en ejercer con conciencia nuestros derechos políticos está la posibilidad de cambiar esta realidad; y también la opción de no hacer nada, dejando que una nueva élite política y económica de México genere más pobreza y miseria para millones de personas.
Paseo Usumacinta s/n Esq Ayuntamiento. Col Gil y Sáenz, Villahermosa, Tabasco