Para la gran mayoría de las personas la figura de los políticos hoy representa demagogia, ambiciones personales y falta de credibilidad. Por ello hoy no inspiran confianza al ciudadano. La figura de los candidatos independientes, parecen ser una alternativa que cubra la expectativa cudadana.
La llegada al poder de Donald Trump, quien jamás había ocupado un cargo público en ningún tipo de institución gubernamental, evidenció el hartazgo de un importante sector de la población norteamericana en contra de la clase política representada por Hillary Clinton, heredera incluso del capital político de su marido el expresidente Bill Clinton. Trump representaba la imagen del ciudadano típico.
La campaña norteamericana se vivió como una lucha entre el sistema político tradicional, abanderado por Hillary y el antisistema por Trump.
Hoy muchos norteamericanos que votaron por Trump reconocen que no conocían realmente a su candidato y se sienten decepcionados por su estilo de su tomar decisiones importantes, sustentadas únicamente en su capricho. Sin embargo, emitieron su voto a favor de él simplemente motivados por la necesidad de un cambio radical en la forma de hacer política.
Lo que hoy estamos viviendo es el ocaso de la clase política, pues en este mundo donde los ciudadanos están sobreinformados a través de las redes sociales y los medios masivos de comunicación, es difícil ocultar conductas moral y éticamente cuestionables, sin que se conviertan en escándalos públicos. La gente está esperando ser gobernada por personas que supone son como uno mismo. Por tanto, la expectativa es que sean cercanas, confiables y creíbles.
Cuando vemos las encuestas que nos indican las preferencias del voto, en realidad no estamos identificando qué candidato despierta simpatías, sino que estamos descubriendo un posible voto por el “menos peor”, porque por alguien habrá que decidirse.
El reto para los políticos de hoy es cómo mudar su imagen y su identidad, para ser percibidos como líderes públicos.
Consideremos que este nuevo contexto sociopolítico abre grandes oportunidades a quien quiera ejercer liderazgo público. Hasta hace pocos años quien pretendiera tener influencia pública en la sociedad y más aún hacer una carrera política, forzosamente necesitaba construir una trayectoria con el respaldo de alguna institución formal, reconocida públicamente, ya sea una organización campesina, o sindical, o una sociedad de alumnos lo suficientemente grande para lograr influencia pública, o una cámara empresarial, sólo por citar ejemplos y de este modo pasar a un partido político, hoy esto ha cambiado.
En contraste, vemos que hoy en la era de las redes sociales quien tenga vocación por el liderazgo o quiera hacer valer su visión respecto a una problemática social, o una nueva visión para impactar favorablemente a su comunidad, ciudad, estado o incluso su país, no necesita mas que aplicar las estrategias adecuadas a través de las redes sociales, para así crear su propia red de seguidores y empezar a ejercer influencia social o política.
Para generar influencia, o incluso obtener una posición legislativa o de gobierno, se necesita encabezar una “causa social” o tener una misión bien estructurada, que sea incluyente y tenga alto impacto público.
Para formarse un líder en los tiempos actuales, éste necesita construir una identidad pública que proyecte carisma y sea altamente seductora. También es necesario aprender a negociar con los otros actores sociales o políticos importantes, pues como decía Chester L. Karrass, un experto en negociación: “nadie obtiene lo que se merece, sino lo que negocia”.
También es fundamental conocer las reglas que determinan el uso del poder y la autoridad legitimadas.
Para conocer como conducirse ante la prensa y los medios de comunicación, así como el desarrollo de habilidades necesarias para ejercer liderazgo social, político o empresarial, hemos creado un seminario titulado “Liderazgo público en tiempos de crisis”, que se llevará a cabo el próximo viernes 01 de diciembre y el sábado 02.
La información sobre este seminario se encuentra en la página WEB www.altagerencia.com.mx, o en el teléfono 5536-5943.
¿Ústed cómo lo ve?
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