México tiene una frontera de 3,152 kms con la mayor economía del mundo, lo que para los fanáticos de izquierda es una maldición, pues consideran a EUA un país explotador, racista y que menosprecia a los mexicanos. Una percepción parecida manifestó el presidente Lopez Obrador al acusar al presidente Biden de olvidar a Latinoamérica. Biden le contestó que EUA es el país que más invierte y trasfiere dinero a los países al sur de su frontera.
No había necesidad de ese enfrentamiento, que quizá dejo satisfecha a la izquierda “antiyanqui” mexicana, pero no aportó nada para mejorar las relaciones con el vecino, donde viven 38.5 millones de personas originarias de México.
El objetivo de la reunión era estrechar relaciones que se tradujeran en un mayor beneficio económico para México. Para ello había que ofrecer condiciones parecidas a las que da China a empresas privadas en las Zonas Económicas Especiales, que han generado millones de empleos y sacar de la pobreza a la mayoría de la población China, país que exporta a los EUA más que México. De China, a 11,640 kilómetros de distancia, provienen el 19% de las importaciones totales de EUA, de México, a unos metros de distancia, menos del 14%.
A EUA le conviene aumentar su comercio con México, pues reduciría la migración ilegal de mexicanos y aumentaría las compras de mexicanos en EUA, que gastan per cápita más que los chinos en EUA.
Un tiempo valioso en la reunión se desperdició en acusaciones y reproches a los Estados Unidos, en lugar de buscar un mayor acercamiento económico que beneficiaría a México. Los asesores del presidente López Obrador no lo centraron en la dirección correcta, y se metió en discusiones más políticas que económicas.
A Biden le preocupa el aumento del envío de drogas de México a EUA, entre ellas el fentanilo, veneno, que causó 100,000 muertes en el vecino país del norte. Busca mejorar las relaciones y la ayuda a México para reducir la migración a EUA.
El gobierno mexicano no aprovechó el encuentro para presentar condiciones de estabilidad jurídica y reducción de impuestos para atraer una mayor inversión de EUA, que aumente los empleos en México y consolide las exportaciones a los EUA, que representan alrededor del 80% de las exportaciones totales de México.
El dinero que mandan los trabajadores mexicanos a sus parientes en México, las remesas, retardan la devaluación del peso y evitan una mayor pobreza. Reparten más recursos entre los pobres que el gasto social del gobierno.
Ofrecer a los Estados Unidos un entorno jurídico estable e impuestos más bajos a sus empresas, para que aumenten sus inversiones en México, debería haber sido el tema central del presidente López Obrador.
Una mayor inversión de empresas de EUA ayudaría a evitar más pobreza y desempleo en México, para lo cual la 4T debe ofrecer más estabilidad jurídica, mayor apertura a la inversión y menos impuestos, los secretos del éxito de los chinos.
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