Sergio Gutiérrez Luna, diputado federal de Morena, se ha sabido colocar fuertemente en los reflectores mediáticos. Sin embargo, su publicidad gratuita es una serie de eventos desafortunados que podemos catalogar como sus grandes metidas de pata.
Cada una de estas acciones tiene un símil motivacional con un gran personaje de telenovela: Rubí. ¿Y por qué? Porque como lo dice la canción que popularizó Reily Barba para esta versión de la historia de Yolanda Vargas Dulché: le gusta la vida cara.
Esto queda más que claro cuando se muestra con relojes de lujo y se deja ver en eventos exclusivos VIP. Nada tienen de malo estos gustos, pero ponen en tela de juicio la austeridad promovida por los miembros de Morena. Una losa tan pesada que ni el Pípila la llevaría, aún tratándose del honor patriótico.
Según Sergio Gutiérrez, ya lo agarraron de su puerquito y la prensa se ensaña contra él. Sin embargo, a estas alturas un análisis de los hechos pone en evidencia algo claro: es víctima de sí mismo, de su egocéntrismo y de su vanidad.
La pregunta entonces es obligada: ¿cómo afecta esto su imagen pública y por qué lo coloca entre los personajes más cuestionados del momento?
Un pésame fuera de lugar
La muerte de Ozzy Osbourne a finales del mes pasado conmocionó a miles de fans alrededor del mundo. Eso se entiende. Desde luego, la pérdida de una vida humana se lamenta pues es irreparable.
¿Se vale entonces expresar públicamente las condolencias y dar el pésame? Desde luego que sí, pero para todo hay formas.
Basados en esta premisa, surge la pregunta: ¿por qué fue inapropiado que el diputado morenista diera el pésame en calidad de diputado? ¿Acaso un funcionario público no tiene derecho a expresar sus sentimientos?
La acción de dar el pésame a través de una esquela que incluía el logotipo de la cámara de diputados nos permite identificar algunas razones por las que este tipo de comunicación podría considerarse poco pertinente desde el punto de vista de la función pública:
1. Relevancia institucional: Como Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados mexicana, cabría esperar que sus comunicaciones oficiales se enfocaran principalmente en asuntos de relevancia nacional, legislativa o institucional para México. Y en el caso de Osbourne, definitivamente no lo es.
2. Uso de recursos institucionales: El documento utiliza el membrete oficial, el logo de la Cámara de Diputados y se presenta desde su cargo público para lamentar el fallecimiento de una figura del entretenimiento internacional. Una figura que no tiene conexión directa evidente con México o con la función legislativa.
Como diría Ludovico Peluche: ¡Ya nos exhibiste! Porque este pésame habla más del ser de un fanático con cargo público que hace uso inapropiado de su posición.
3. Prioridades comunicacionales: En un contexto donde hay múltiples asuntos de importancia nacional que requieren atención, dedicar comunicación oficial a temas de entretenimiento internacional podría percibirse como una desviación de las prioridades institucionales.
4. Protocolo oficial: Tradicionalmente, los pésames oficiales de instituciones públicas se reservan para figuras políticas, líderes internacionales, o personalidades con vínculos significativos al país.
En resumen, esta primera metida de pata dejó en clara una gran necesidad de mesura y replanteamiento de sus deberes públicos.
Viajando al estilo volver al futuro
Cuando leo la respuesta de Sergio Gutiérrez Luna ante los cuestionamientos por usar un reloj de casi un millón de pesos, me doy cuenta que el sarcasmo no es lo suyo porque hay que recordar que el que se enoja pierde.
En lo personal creo que cada quien puede con sus recursos propios comprarse lo que se le dé la gana, eso incluye a funcionarios públicos de cualquier nivel. El problema es que si un partido enarbola una bandera de austeridad a nivel republicano, y eres parte de ese sistema, te tienes que cuadrar y si te gusta lo bueno te aguantas porque las reglas del juego se establecieron así y como dice el dicho: "el que se lleva se aguanta".
Pero al perder la cordura y la paciencia el diputado morenista se puso de pechito para ser la comidilla pública, su respuesta ante los cuestionamientos de la prensa: "Y este reloj que él menciona, que es una edición de aniversario —aquí lo menciona él— salió a la venta en abril del 2025. Tendría que haber viajado yo en el tiempo para poder haber comprado ese reloj, lo cual es imposible y absurdo. No es cierto".
Me temo que ahora tendremos a un Marty McFly mexicano y diputado que viaja al pasado para tomarse una foto con su ídolo Ozzy Osbourne.
Lo barato sale caro y un boleto de la F1 altamente cuestionable
Sergio Gutiérrez Luna fue visto en la fiesta VIP de la Fórmula 1 el pasado 1 de octubre de 2024, junto a su esposa. La asistencia a este evento fue polémica debido al elevado costo de los boletos, que asciende a 170 mil pesos cada uno.
Esta es una lección que los políticos mexicanos no deben olvidar jamás: los pecados de ayer siempre estarán vigentes si se les llega a necesitar.
La verdad es que a nadie le importa a dónde vayan, qué hagan o que coman los servidores públicos en funciones fuera de su horario laboral. Pero jamás deben olvidar que sus acciones deben ser congruentes con sus principios y valores.
Ahora ante la opinión pública nos encontramos con un diputado con una reputación que se pone en tela de juicio basado en hechos irrefutables y el tema de la fórmula 1, lo exhiben como un cuestionamiento a su integridad.
Gutiérrez Luna defendió su presencia en el evento, alegando que los boletos fueron cortesías otorgadas por el Club 51, un exclusivo club de empresarios.
Una respuesta demasiado inocente y ambigua que da pie para que gente mal intencionada arremeta contra él diciendo algo así como: ¿qué favores te están compensando para darte este tipo de cortesías?
Y aquí sí, no se admite pecar de inocente porque en todos los niveles de gobierno está prohibido para los servidores públicos aceptar hasta un chicle. Ni favores, ni regalos pueden aceptarse de nadie.
El caso Gutiérrez Luna deja una lección clara de la necesidad de manejo de medios y asesoría de imagen, especialmente en situaciones de crisis mediática como esta que afectan la reputación de una persona. Pero como recordarán fue el mismo partido de Morena y Andrés Manuel quienes desdeñaron la importancia de la comunicación e imagen pública disciplinas importantes tanto en el quehacer político como en la gestión pública y he aquí los resultados.
El asunto no se olvidará simplemente se reemplazará por otro más novedoso y el ciclo se repetirá vez tras vez.
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