El primer debate presidencial en los Estados Unidos, celebrado el jueves 27 de junio y transmitido por la cadena CNN, mostró la decadencia de 40 años de la política del neoliberalismo, que se refleja en los índices de pobreza que en 2022 sumaba 37.9 millones de personas pobres, que representaban el 11.5% de la población de E.E. U.U., además se está perdiendo la competencia económica con China, el creciente descontento popular por suministrar armamento militar para apoyar a Ucrania en su conflicto contra Rusia, y los ataques de Israel con sus vecinos de Asia, entre otros asuntos internos y externos sin resolver.
La periodista Denise Maerker sintetizó así el debate: “fue la decencia representada por un hombre débil [Joe Biden], y la indecencia representada por un hombre cínico [Donald Trump].” La decencia con esfuerzo humanista de Joe Biden se desvaneció con sus frecuentes ‘lapsus’ y titubeos, lo que provocó que buena parte de la prensa estadounidense circulara el rumor de una sustitución del candidato demócrata para las elecciones de noviembre. Del lado republicano, la indecencia a través del cinismo de Trump se manifestó como pelotón de mentiras en cada tema que se abordó. Un debate preocupante desde la edad de los contendientes: el presidente Biden, que busca la reelección, tiene 81 años; el expresidente Trump, que busca revancha luego de perder ante Biden en 2020, tiene 78 años. No existe registro en el planeta de una contienda presidencial con políticos de tanta edad.
La edad pasaría a segundo término, por ejemplo, si Biden hubiese lucido enérgico y coherente en sus ideas. No hubo tal. Dominaron en él las ideas inconclusas. Y todavía más: se vio sin reflejos para desmontar el relato de mentiras de Trump. Fue tan evidente los titubeos de Biden, que su equipo de campaña tuvo que sacar un comunicado inmediatamente después del debate para explicar que “tenía gripa y temperatura”.
En el caso de Trump, la edad pasaría a segundo término si sus ideas hicieran justicia al siglo XXI en lo que toca a libertades y derechos. Con estrategia agresiva y elocuente, también con energía, Trump defendió una agenda conservadora en cada una de las temáticas abordadas. El aborto: festejó que en su anterior mandato echaran abajo una ley a favor de la acción consciente de la mujer para atenderse y decidir de manera informada sobre su cuerpo. La política internacional: se dijo capaz de resolver la guerra entre Rusia y Ucrania, con claro énfasis en su amistad con Vladimir Putin. El libre comercio: amenazó a China con aranceles y trazó una ruta de proteccionismo para las empresas estadounidenses. La migración: volvió a mostrar mano dura y tendencia a construir muros en lugar de puentes entre las fronteras, lo que afectaría directamente a México. En suma: con narrativa efectista de contenido conservador, Trump volvió a recurrir a la mentira para ganar adeptos, en su intervención de contabilizaron 30 afirmaciones falsas.
Lo que se desprende, como metáfora del debate presidencial es la decadencia cultural que padece Estados Unidos. Los jóvenes, en las encuestas reportadas allá, no se sienten representados. No hay políticos a la vista que levanten ámpula social y agenda juvenil. Los latinos tienen ante sí la medicina de escoger el mal menor: ¿o muro con patrulla fronteriza (bordel patrol), o retornos no pedidos? La llamada primera democracia del mundo, aunque conocida como imperio hacia el exterior, tiene un caos ante sí por las opciones políticas disponibles. Un presidente que, como candidato a la reelección, luce incompetente y débil frente a la tarea de detener el populismo y las mentiras de quien busca regresar también a la Casa Blanca. Trump, con todo y sentencia judicial ya dictada por delitos sexuales y sobornos contra una actriz de cine tres equis, Stormy Daniels, aparece como el primer contendiente a la presidencia con antecedentes penales. Le espera a Trump otro juicio por alterar votaciones en el estado de Virginia y por su papel instigador en el asalto al Congreso en la anterior elección presidencial (2020). El país más poderoso del mundo tiene ese panorama curricular con quien parece ser el ganador más probable en las elecciones de noviembre. En The New York Times, en su editorial del viernes pasado, le pidió a Bidel hacerse a un lado “ Si quieres servir a su país, el presidente Biden debería abandonar la carrera”.
La decadencia de Estados Unidos resulta preocupante para México y la nueva administración federal. Migración y libre comercio son los temas cruciales. En noviembre próximo conoceremos la decisión de los electores norteamericanos, en tanto, México debe afianzar su propia agenda exterior.
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