El pasado viernes 01 de marzo se empezó a escribir la nueva historia de México. De ser un país tildado desde siempre de tener una cultura machista, este 2024, sin duda, será una mujer quien recibirá la banda presidencial encabezando así el destino de este país.
Claudia Sheinbaum Pardo, de la coalición Morena, partido del Trabajo y Verde Ecologista, se perfila -según datos de las encuestadoras más reconocidas en el país- como la favorita del electorado hasta por cerca del 63% en la intención del voto, seguida por Xóchitl Gálvez, abanderada de la también coalición que conforman el PRI, PAN y PRD, con un 31%, y en tercer lugar Jorge Álvarez Máynez, del Partido Movimiento Ciudadano, con un 6% de preferencia.
Existe una diferencia abismal entre las dos candidatas presidenciales mujeres, que va desde su imagen personal, formación académica, carácter y proyecto de nación, hasta el uso del lenguaje. Desde la segunda mitad de 2023, cuando las coaliciones partidistas determinaron que serían sus candidatas, cada una de ellas y su equipo ha venido realizando ajustes para estar en el ánimo del electorado, siendo Xóchitl Gálvez quien ha dado bandazos constantes, descuidando la que fue su mejor versión y convirtiendo su campaña política en un perfecto ejemplo de lo que no se debe hacer.
Desde luego que cada una de las candidatas inicia en condiciones totalmente diferentes. Claudia Sheinbaum trae como capital político el arrastre que tiene Andrés Manuel López Obrador y el respaldo ciudadano para la continuidad de su gobierno, sumándose a ello la experiencia que ella tiene como jefa de gobierno de la Ciudad de México, en donde entregó buenas cuentas en temas sensibles como el manejo de la pandemia de Covid 19, la reducción de inseguridad, la creación de universidades con sentido humanista y con carreras prioritarias como Medicina, entre otras acciones.
¿Qué ajustes se han notado en la campaña de Claudia Sheinbaum? Desde luego que el principal ha sido considerar su participación en los medios de comunicación “de la oligarquía” (parafraseando a AMLO), esos que han sido desdeñados desde siempre por el presidente de México; también redirigieron los spots y mensajes en redes sociales; aunque eran interesantes las cápsulas de ciencia, ahora se han enfocado en presentar a una candidata más afable, sensible, que cuenta historias, que está muy dispuesta a las "selfies" y que sonríe constantemente, que tiene un esposo con el que suele tocar guitarra y que la respalda; que tiene un nieto y está feliz de ser abuela, entre otros detalles.
Sheinbaum Pardo no compra los ataques que vienen de su principal oponente Xóchitl Gálvez, pareciera que para ella no existe, evita citarla, es inteligente en sus respuestas a los representantes de los medios de comunicación, no chancea con ellos y, por tanto, se impone con seriedad haciendo constantemente gala de sus conocimientos como científica y de su experiencia en el ejercicio de gobierno. Cuando es grabada para un mensaje formal lo hace desde un escritorio, mandando señales de estar ejerciendo el poder; en los eventos oficiales se muestra segura, firme, con su empoderamiento está también exigiendo respeto.
Xóchitl Gálvez ha ido de más a casi nada. Su fortaleza de política versátil, fácil de comunicar, empática, accesible, con fuerza de persona de pueblo, solo alcanzó para las primeras semanas cuando se definió su candidatura, después de ello ha venido en caída libre, soportada sólo por el sector que no precisamente está con ella sino en contra de López Obrador y todo lo que representa la 4T. A este sector le da lo mismo cómo se llame o quién sea el candidato de oposición, estarán firmes porque es votar en contra del gobierno en turno. Este voto es para ella y no se moverá, es quizá un 25% de su capital; otro tanto lo representa un reducido grupo de priistas que son los que nacieron conociendo ese partido político y morirán fieles a él, y otro tanto es de militancia panista, la que es firme en su ideología de derecha.
La apuesta de los estrategas que apoyan a Xóchitl Gálvez debería de estar en conquistar a los jóvenes que no conocen al PRI y PAN, así como a los huérfanos políticos que dejó AMLO en el PRD, pero pareciera que esos estrategas nada más no han operado como deben, dieron bandazos en la precampaña y, finalmente, recurrieron para la campaña en pleno a la estrategia ya gastada de infundir miedo a la corriente de izquierda, ahora con el tema: AMLO narcopresidente.
El coco para los estrategas de lacampaña de Xóchitl Gálvez es precisamente ella. No hay nada más terrible que armar una estrategia política y tener que dejarla en pausa para reparar el daño de un dicho, de un acto o “pecado” de la candidata que sale a la luz, y con Xóchitl Gálvez no es uno de vez en cuando, es dos o tres veces al día que algo hace mal.
Antes de que llegaran sus estrategas la candidata de oposición era genuinamente la señora del huipil, se sentía cómoda con el atuendo, pretendió conquistar al electorado de comunidad cuando éste está más que volcado con AMLO, y contrario a esa imagen se alejó de la clase media alta que no es fan del huipil y que difícilmente tiene empatía con quienes lo portan. Así que su danza de los viejitos y de otros bailes en donde portó al atuendo autóctono no le sumó simpatías.
Ahora, en un intento por corregir el rumbo, han vestido a Xóchitl Gálvez de traje sastre con colores tenues, con zapato cerrado, accesorios y maquillaje. Es otra candidata pero...no han logrado contener su vocabulario majadero y ramplón, que estaría de más citarlo aquí. Cómo corregir el tema del peyote, mariguana y hongos alucinógenos que dijo "experimentó y sintió que volaba", o sus afirmaciones de que ganará las elección este 2 de julio; que AMLO privatizó el sector privado; que se le va el discurso; que saluda en Mérida a los michoacanos; cuando asegura que la "pendejeó"; cuando pega un chicle en la silla; cuando brinca como párvulo, etc. por citar solo algunos.
Así arranca la contienda electoral presidencial, son ellas las mujeres que figurarán en esta parte de la historia de México, en donde se hace una pausa al presidencialismo de los hombres. Un momento inédito.
Dos mujeres, un camino…..y no es canción de telenovela.
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