“Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error” neomorenistas
Lejos están los tiempos en que costaba encontrar candidatos de oposición para la izquierda mexicana agrupada en el partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que encabeza Andrés Manuel López Obrador. El estigma social pesaba en “un país que antaño no sólo pertenecía a la derecha: era de derecha”. (Carlos Monsiváis) Décadas atrás, digamos hasta los años 90’s del siglo XX, era arriesgado manifestar públicamente simpatías por fuera del sistema tradicional PRI-PAN.
Hoy la realidad es otra: hay largas filas para anotarse y competir en los procesos de selección de candidatos de Morena. Esto plantea un problema de historia y de futuro para la organización política que se perfila como clara ganadora en el 2024 electoral. El problema de historia tiene que ver con las incorporaciones que –en forma de militantes de otros partidos- lleguen para ser eventuales rostros en carteles y aparezcan con nombre completo en las boletas electorales. El problema de futuro tiene que ver con la construcción de un mejor país, con más igualdad y libertades, con mayor viabilidad económica y justicia, frente al peso de la historia (el pasado) de personas/militantes que quizá no hicieron avanzar los procesos democráticos en los estados y a nivel nacional.
En sus giras informativas Claudia Sheinbaum recibió reclamos por sumar ex líderes de otros partidos a las filas de MORENA. En Sinaloa hubo ese tipo de desacuerdo al informarse de la incorporación al partido Movimiento de Regeneración Nacional de los ex dirigentes del tricolor Jesús Valdés Palazuelos y Cinthia Valenzuela Langarica, y del ex presidente de Mazatlán, Fernando Pucheta Sánchez. En Oaxaca el excandidato a la gubernatura por PRI, Eviel Pérez Magaña, ahora se anota en Morena; en Yucatán las puertas se abrieron al ex deportista y panista Rommel Pacheco y al senador del PRI Jorge Carlos Ramírez Marín.
Una muestra de que no se quieren chapulines alevosos se dio en la conmemoración del 11 Aniversario de MORENA (2/10/2023). Una voz crítica sobre el futuro electoral de Morena fue la de Paco Ignacio Taibo II, escritor y director del Fondo de Cultura Económica (FCE): “No repitamos errores o se pudre el partido; hay que aprender del pasado y comprender en qué momento se perdió el PRD como partido de la izquierda ciudadana. Eso no debe ocurrir de nuevo; un partido que no lee es de derecha”. Con estas palabras, Taibo II ubicó con visión los elementos culturales y sociales que deben nutrir el partido/movimiento que llevó al poder a AMLO. No es el poder por el poder mismo lo que requiere MORENA, sino una visión social del poder. Poder asentado en la comunidad, poder que se sostiene con esfuerzos ciudadanos.
¿Cómo evitar el chapulineo que busca acomodarse a los vientos del poder? Factor para tomarse en cuenta: no todos los ciudadanos que militaron en otros partidos realizaron actos autoritarios y abusaron de su influencia en ciudades y regiones. No todos los que piden paso pertenecieron a cierta nomenclatura partidista y oligarquías locales. La clave, para evitar chapulines venenosos: ver trayectorias, tener memoria, leer el pasado, como pide Taibo II, y así evitar los errores que desfondaron éticamente al PRD. De cualquier forma, el fenómeno del chapulineo estará presente en el 2024 electoral.
Finalmente, hay cuestiones de ética política y futuro que deben tomarse en cuenta. Si algo tiene Morena, por ahora, es autoridad moral. El chapulineo existirá allá donde se ejerza el poder. Sucede con frecuencia que la franquicia ganadora recibe peticiones de membresía. Pero una cosa es la afiliación y otra cosa es la tendencia y permisividad del movimiento a mañas del pasado; una cosa es el proceso de selección de candidatos de MORENA, otra cosa es su plataforma política y otra su actuación como gobierno. Andrés Manuel López Obrador ha repetido con insistencia “no a la simulación y no a la hipocresía”. En este sentido, los neomorenitas tienen que demostrar con claridad que la visión ciudadana importa más que el anhelo por cualquier cargo. El presidente Andrés Manuel López Obrador ilustró la traición de Lily Téllez y Germán Martínez con la fábula de La rana y el escorpión.
“Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:
—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda
¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser.
-Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río.
El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.
Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana.
—Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza.
En la revisión de la historia política de México, las traiciones atrasaron la transformación de la nación.
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