“El mundo necesita normas éticas más estrictas para la inteligencia artificial: este es el gran reto de nuestro tiempo”: Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
En la actualidad, el debate que ocupa el Trending Topic (TT) mundial es el uso de la inteligencia artificial para desarrollar plataformas digitales basadas en interacciones hombre-máquina. Diálogo tecnológico. ¿El resultado? Modelos narrativos virtuales capaces de crear textos, imágenes, música, tutoriales, asesoría jurídica, cálculos matemáticos complejos y temas médicos. Incluso se generan algoritmos diversos adaptados a las necesidades del usuario.
Estamos ante un cambio cultural: un vuelco para la humanidad en sus procesos de comunicación. Riesgo: no fijar límites éticos. ‘Es una carrera sin control’ -advierten expertos- en la que no existen normas y leyes claras para integrar esa innovación tecnológica a las actividades sociales, educativas y laborales.
Es urgente visualizar las transformaciones y desafíos futuros. Por ejemplo, la herramienta virtual Chat GPT surgió en noviembre de 2022 y actualmente por día acumula 10 millones de usuarios. Se trata de un desarrollo tecnológico que encabeza Sam Altman, CEO/manager del proyecto, que ofrece una versión gratuita y una de paga. Ingresar a la plataforma Chat GPT es sencillo, sólo hay que ir a la página chat.openai.com, abrir una cuenta con email y contraseña y empezar a chatear con el robot. A través de Inteligencia Artificial, el Bot responde solicitudes de información y simplifica la búsqueda de datos en línea. Es un modelo de lenguaje digital que se retroalimenta con cada interacción que tiene con el usuario.
El Chat GPT, como apoyo para la memoria, posee una velocidad envidiable de procesamiento de datos. Como una mejora del navegador Google, resulta valioso sin duda alguna, pues es incluso más específico y exacto en el tipo de búsqueda a realizar. Lo que resulta riesgoso, en cambio, es la indolencia que puede provocar en los usuarios que pidan una búsqueda/producto y se queden, sin reflexión y verificaciones posteriores, con lo que el Chat GPT les entregue.
¿El Chat GPT hará el trabajo de la mente humana? La reflexión cibernética y/o digital -nos dicen futurólogos- poco a poco superará la reflexión humana. La ciencia ficción, como venerable género literario, anticipó este tipo de escenarios. La vida en el siglo XXI se parece a una oscura utopía donde el ser humano cede sus capacidades reflexivas a un ente digital.
En el siglo XX asistimos a la explosión tecnológica de la comunicación masiva: prensa, radio, cine, libros, TV, internet, redes sociales. Con ello, la tecnología representó el principal apoyo de acceso al conocimiento y una idea fue cobrando forma: “la tecnología es conocimiento”. De la tecnología como apoyo y herramienta de acceso al conocimiento se pasó a la tecnología como sustituto del conocimiento. El paradigma cambió: “la tecnología lo puede todo”. Frankenstein está vivo y superó a su creador.
Tecnólogos y futurólogos se sitúan un paso adelante: la tecnología de punta, como inteligencia artificial, puede reemplazar al pensamiento humano en el sentido de mejorar los procesos de toma de decisión a través de las “máquinas pensantes”.
En noviembre de 2021, la Conferencia General de la UNESCO, en el documento Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, reconoce la gran utilidad que representa la IA para la humanidad. Sin embargo, es necesaria la transparencia e inteligibilidad del funcionamiento de los algoritmos, conocer los datos con los que han sido entrenadas las máquinas y su posible impacto en la sociedad. Lejos de adoptar las recomendaciones, los gobiernos no promulgaron las leyes respectivas, dejando que avancen las tecnologías con afectaciones a la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos.
¿Cuál es la propuesta de la UNESCO? Políticas internacionales y nacionales reguladoras, así como marcos homogéneos de aplicación para que estas tecnologías beneficien a la humanidad en su conjunto.
La IA centrada en el ser humano. La IA debe estar al servicio de los individuos, no al revés.
M.E. Erasmo Marín Villegas
Periodista, profesor universitario de la UJAT, exconsejero distrital electoral del IFE.
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