En algunos países ya se ha logrado vivir la experiencia de tener una mujer presidenta y esto no ha sido exclusivo de latitudes europeas o de esas llamadas primermundistas. En Latinoamerica esto lo han experimentado ya, Honduras, Chile, Brasil, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Costa Rica y Panamá.
Según datos exactos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU): de 193 países, solo 22 mujeres ocupan una de esas dos funciones. Por regiones, Europa, especialmente la del norte, es la que más mujeres tiene en altos cargos en todo el mundo. En cuanto a los Parlamentos, la mayor representación parlamentaria femenina global corresponde a Nicaragua, seguido, por Suecia, Austria, Bélgica y Albania. Europa ostenta el liderazgo con 5 de las 9 nueve jefas de Estado y 7 de las 13 responsables a cargo de un Gobierno. En este apartado, destaca en especial el papel de los cuatro países nórdicos europeos- Dinamarca, Finlandia, Islandia y Noruega- ya que todos ellos están dirigidos por mujeres. (Todos estos son datos recogidos de la página oficial de la ONU).
Me encantaría pensar que en nuestro país pudiéramos experimentar la alternancia de género en la silla presidencial. Y no solo esperar que nos sigan gobernando varones. No es que tenga nada en contra de ellos, pero sí creo, que también una mujer puede y se le debe dar el espacio y la oportunidad. Pero una mujer que realmente sea independiente en todas las dimensiones, no un títere, una marioneta una sombra, una calcomanía de su antecesor. No, porque eso me suena a sumisión y obediencia, a ser una marioneta, la cual, estará siendo manipulada en la sombra por otro y lo que es peor que ese otro sea un varón. Me llama la atención como Don Andrés quiere taladrar la idea en los mexicanos, que Xóchitl es la candidata de la “oligarquía”, de “la mafia del poder” de “el grupo empresarial” dando a entender que hay detrás de ella un grupo de hombres que la han colocado en la contienda presidencial persiguiendo sus propios intereses, descalificando y reduciendo por completo a la Senadora a una “señora” (como Andrés le gusta llamarle) de las que solo accionan bajo el dicho de su marido, su papá, su jefe, o hasta su hijo, pero nunca por ella. Seguro ubican este ejemplo que muchos habrán vivido, de mujeres que no han tenido la oportunidad nunca de tomar decisiones y que en su discurso cuando van a dar una respuesta u opinar, siempre comienzan diciendo “mi marido dice, mi papá opina, mi hijo piensa, pero no logran hablar en primera persona. Y disculpen, pero yo creo que no es el caso de la Gálvez que a leguas se le nota la independencia que ha tenido durante toda su vida. Es más, la relación que lleva con su pareja habla de un compañerismo bastante sano (no creo que sea perfecto, porque relación perfecta no hay, pero creo no es tan tóxico).
Y pues me llama la atención todo esto, cuando vemos que la consentida de nuestro mandatario, es casi casi su holograma, habla como él, se mueve como él, repite sus ideas y posturas, quiere imitar sus gestos, sus estrategias con la gente, es realmente una calca.
Y entonces me detengo a pensar, de que nos serviría una mujer así en la presidencia si no puede ser ella misma. Y pues ya ve, que muchos le tienen miedo al termino Feminista, porque no lo comprenden y se asustan ante él o lo rechazan, porque ojo nada tiene que ver con ese otro, que el patriarcado ha querido propagar: femeninazi. De verdad querido y apreciado lector, no hay posición más absurda que creer que existen las femeninazi o que la que ostente ser feminista es una femeninazi, en primera, porque hasta donde he logrado investigar, no ha existido jamás un campo de concentración para hombres a los que se les mande a la cámara de gas, y no hay ningún tipo de propaganda ideológica que trate de exterminar a los hombres ni de sembrar odio a su género, no.
Una feminista es aquella que está preocupada por los derechos del género femenino y que busca que se otorguen para vivir en un ambiente de equidad, no necesariamente de igualdad, porque no, no somos iguales, y esto no lo digo en tono despectivo (que no se mal entienda) lo hago con toda la objetivad que me merece la observación, desde el hecho de que o nacemos hombres o mujeres, por lo tanto, no somos iguales, pero si debemos tener los mismos derechos en equidad. Una mujer, como cualquier persona, tiene derecho a pensar por ella misma, a tener sueños, ambiciones, metas que perseguir. Tiene derecho a desarrollarse en los ámbitos que mejor le parezcan y a demostrar que podemos también (porque no estoy diciendo con esto, que nosotras si podemos y los hombres no, ojo, ahí esta la base del discurso) hacer tareas directivas, con habilidades de liderazgo y a desarrollar pensamiento y análisis que sirva para la construcción de nuevas realidades, tanto sociales, como económicas, por decir solo algo.
Y no solo Xóchitl me parece una mujer pensante, también creo que Beatriz Paredes es una gran política, y existen otras, pero ya sabe, que a últimas fechas no se habla más que del caso Xóchitl, y pues por ello me centro en ella como ejemplo.
Sería fantástico que llegara a ocupar la silla presidencial una real mujer pensante, eso es lo que nos hace falta, no nos dejemos llevar solo por la pantalla, porque sería un grave error. Y no digo que mi tocaya sea poco inteligente, no, porque también creo que es una académica brillante, pero sí, creo también, que no completa la personalidad de la mujer del siglo XXI, la cual necesita despuntar y trabajar a una proyección realmente independiente, saliendo de la caja, quebrando el cascarón del patriarcado. Es entonces que trato de visualizar el panorama, y pensar si realmente estamos preparados. Las mujeres a últimas fechas hemos hecho cosas increíbles y hemos dado grandes pasos adelante, ojalá sigamos haciendo por el bien de todos, porque sabe algo apreciado lector, algo que el patriarcado casi no cuenta, es que al exigir equidad, estamos ayudando a los hombres a quitarse esa pesada carga que solo caía sobre sus hombros y estamos diciendo: aquí estamos para ayudar, para proponer, para trabajar en conjunto, para que no tengas que hacerlo y resolverlo todo solo, ese, ese es el real discurso feminista.
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