En esta vida si hay un concepto que tala y merma considerablemente es el de la culpa. Es horrible. Pesa toneladas. Los psicólogos la identifican como una emoción, la cual a final de cuentas es un indicativo, una señal para nuestro cuerpo o psique, con la que vamos armando decisiones y acciones en la vida. El concepto de culpa obviamente desencadena otro: culpabilidad, y éste ultimo lo experimentamos cuando rompemos algunas normas de carácter ético, social, religioso, sexual, natural, etc. esto nos lo provoca y empezamos a lidear con ella. La culpa por lo regular tiene manifestaciones negativas, de tristeza, vergüenza, remordimiento, autocompasión o mala consciencia, todo un cóctel que nos puede sumergir en estados de ánimo realmente peligrosos, mucho más cuando al estar todos en constante devenir, nos hace perder la noción y poder identificarlos.
Lo importante de sentir culpa es poder llevar a cabo el proceso de análisis de la situación y entenderla como un proceso de aprendizaje, con sus tintes positivos de adaptación, de entendimiento y reflexión. Algo importantísimo y que no podemos dejar de lado, es entender siempre que no siempre puede recaer en uno solo.
En toda situación la responsabilidad es repartida y es por ello que debemos introducir a nuestro vocabulario de vida el concepto de co responsabilidad, el cual nos saneará de muchas telarañas mentales y estrés que seguramente estamos cargando de a gratis. Aunque ya sabe que como humanos, somos campeones olimpicos en autoflagelación. Nos encanta bombardearnos a nosotros mismos. Señalarnos. Ponernos en super tela de juicio y regalarnos sentencias atroces.
Y no nos culpo del todo, porque por desgracia las generaciones antesesoras así nos enseñaron, fue parte de las herramientas de control que tuvieron con nosotros y que nos heredaron. Lo de miedo es, que lo sigamos reproduciendo y que no búsquemos sanearnos. Pero retomo el punto, la culpa, o mejor dicho, la responsabilidad de todo suceso (así se escucha mucho mejor) nunca es sólo de un individuo. Siempre hay muchos factores y en ocasiones involucrados que debemos tomar en cuenta, debemos aprender a contrarestar haciendo un análisis integral, racional y realmente crítico de los hechos, las causas, las consecuencias y los valores involucrados. Cada cabeza es un mundo, y somos diferentes en entendimiento, sentiemiento, cultura, educación, por lo tanto todos somos responsables de los actos donde nos podemos ver involucrados. Dejemos de señalar y dejarnos señalar queriendo huir. Al contrario seamos valientes, porque esto nos traerá crecimiento, sapiencia, experiencia. Manejemos y aprendamos sobre el concepto de responsabilidad y repartámosla no de manera negativa, al contrario, motivando a que sea concebida como un privilegio, el cual se debe cuidar y acuñar con integridad y muy buena voluntad. No se trata de ver a la culpa como la “papa caliente” que va saltando de mano en mano. Si no de tomarla y pelarla, partirla, no tener miedo a probarla y despues solo digerir un pedacito que nos dé los nutrientes necesarios. Hablar de co responsabilidad podría hacer que muchas vidas sean más ligeras y con más ánimos de atrevimiento sin miedo a otro concepto odioso que es el fracazo, pero de ese hablamos otra semana.
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